Esta colección cuenta con grandes nombres de la literatura, pero rescata también a maestros del género menos reconocidos. El resultado es una deliciosa oda a lo escalofriante y a lo extraño.

Llega el invierno, las noches son más largas. Hay quienes se reúnen bajo el muérdago con sus familiares y amigos; otros abogan por la abolición del espíritu navideño bajo el lema «Prohibir la Navidad o Morir». Entre las páginas de esta colección de relatos acechan fantasmas y casas encantadas, pero también problemas cotidianos mucho más reconocibles y no menos aterradores. Y todos ellos tienen una cosa en común: el frío. Ese frío que nos recorre la columna al abrir la ventana una tarde de invierno, ya sea porque ahí fuera sopla una brisa helada o porque… ¿Quién sabe qué se esconde en esa oscuridad?

CRÍTICA

«Estos cuentos extraños son la lectura navideña perfecta, llena de visitantes inquietantes y espíritus amantes de la fiesta.» —Christopher Hart, The Times

«Es una verdadera delicia leer la obra de los maestros de lo extraño del pasado.» —Oddly Weird Fiction
309 trykte sider
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Bookwire
Oprindeligt udgivet
2023
Udgivelsesår
2023
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Vurderinger

  • Saraí Ramírezhar delt en vurderingfor 10 måneder siden
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Citater

  • Dianela Villicaña Denahar citeretfor 4 dage siden
    En un margen de la página donde tomó nota de este accidente, añadió las palabras «Este gato no trama nada bueno». El tono de todas las demás entradas del diario y de las pocas cartas que datan de esta época ponen de manifiesto que su estado mental estaba teñido y enturbiado por oscuros presentimientos.
  • Dianela Villicaña Denahar citeretfor 4 dage siden
    Había tomado el valor numérico de las letras C, A, T en el alfabeto —3, 1 y 20 respectivamente— y al sumarlas había obtenido el total de 24. Procedió entonces a anotar las muchas formas en las que dicho número había aparecido en el transcurso de su vida. Nació un día 24, en una casa cuyo número era el 24, y su madre tenía entonces 24 años. Cuando él cumplió los 24 su padre murió y lo dejó a cargo de una fortuna considerable. De eso hacía 24 años. La última vez que hizo balance de sus propiedades, descubrió que el valor de sus inversiones —sin contar los bienes inmuebles— era de aproximadamente 24 000 libras. En tres periodos diferentes, en tres pueblos diferentes, había terminado viviendo en casas cuyo número era el 24, y ese era también el número de su residencia actual. Además, su código de entrada a la sala de lectura del British Museum terminaba en 24, y tanto su médico como su abogado tenían despachos con aquel persistente número. Anotó varias coincidencias más, pero eran tan forzadas que no merece la pena recogerlas aquí. No obstante, los apuntes concluían con la siniestra pregunta: «¿Acabará todo el día 24?».
  • Seforahar citeretfor 5 dage siden
    De modo que vivían en mundos distintos, sus mentes nunca se encontraban. ¿Siempre había sido así? No lo recordaba.

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