Las cosas pueden ser diferentes. Se pueden cambiar, siempre que exista la voluntad, también individual, de hacerlo. Se pueden hacer grandes cambios pero podemos empezar también por cambiar pequeñas cosas. Los cambios uno a uno significan poco, pero la acumulación de muchos pequeños cambios puede hacer que el mundo sea diferente. Eso nos dice la jueza Manuela Carmena, que en este libro nos ofrece ejemplos de lo que ha sido, a lo largo de su vida, su lucha contra la injusticia, la corrupción y la burocracia.
Pequeños cambios como negarse a utilizar el coche oficial y desplazarse con su escolta en metro, ante los atónitos ojos de sus compañeros de judicatura, o proponer a los miembros del Gobierno Vasco que utilicen en Vitoria la bicicleta, medio con el que ella se mueve también en las ciudades. Una mujer valiente y comprometida con la justicia social, abogada desde los años 60 (época en que las mujeres en España eran, social y legalmente apenas un objeto), que fundó los primeros despachos laboralistas, que tanto hicieron en defensa de los trabajadores y contra la dictadura franquista, que no se amedrentó cuando un atentado de extrema derecha acabó con la vida de varios de sus compañeros y amigos, y ha continuado defendiendo que la Justicia sea un servicio público de la ciudadanía.
En este libro denuncia también, con multitud de ejemplos y anécdotas no exentas de humor, la inoperancia y corrupción de políticos e instituciones (también en la Justicia), la violencia de género o la injusticia con que la sociedad trata a sus mayores. Un punto de vista, en definitiva, de una mujer que rompe todos los esquemas, que nos habla con voz propia y clara de los problemas del mundo en que vivimos y nos insufla optimismo para cambiarlo.