Lauren Elkin

Flâneuse

  • Alina Eunicehar citeretfor 5 år siden
    incluso si desafiaba las restricciones sociales, ella «solo sería medio libre, porque una mujer que deambula es imprudente».
  • Amelia Gonzálezhar citeretfor 5 år siden
    Georges Perec también se había sentado en aquella plaza, en ese mismo café, durante una semana de 1974 y había puesto por escrito todo ese trasiego —taxis, autobuses, gente comiendo pastelitos, el viento que soplaba—, en un esfuerzo por mostrar a sus lectores la inesperada belleza de lo cotidiano, lo que dio en llamar «lo infraordinario»: qué pasa cuando nada pasa
  • Yatzel Roldánhar citeretfor 5 år siden
    Siempre me ha impresionado la fotografía urbana en blanco y negro de este período, sobre todo la de las mujeres: Marianne Breslauer, que capturó esta imagen, Laure Albin-Guillot, Ilse Bing o Germaine Krull, la amiga de Walter Benjamin, a quien le gustaba merodear por los pasajes con él (y sin él), fotografiarlos, frecuentarlos. Estas mujeres llegaron a la ciudad (de otras ciudades, o tal vez nacieron en ella) para pasar inadvertidas, pero también para tener la libertad de hacer lo que quisieran y como quisieran.
  • Sara Gabrielhar citeretfor 24 dage siden
    Veinte años son como cuarenta en este sentido. Después de perder a alguien, siempre nos parece que no nos querrá nadie más. Siempre estamos asomándonos al precipicio, antes incluso de que nos salgan las arrugas y las canas. Así es a los veinte, y nos cuesta imaginar que las cosas aún pueden llegar a ser mucho peores.
  • Sara Gabrielhar citeretfor 24 dage siden
    Los estudiantes se identificaron con la lucha de Sasha como yo lo había hecho años atrás, basándose en su propia infelicidad, connatural al veinteañero que todavía tiene que aprender a preguntarse qué quiere o a duras penas lo sabe.
  • Sara Gabrielhar citeretfor 24 dage siden
    Rhys no se suicidó, ni siquiera lo intentó. Lo veía como algo sentimental y cobarde.
  • Sara Gabrielhar citeretfor 24 dage siden
    Desaviniendo los deseos de su marido, Marya va flâuneseando más allá de los límites del Montparnasse respetable y se introduce en esos intersticios en los que el decimocuarto arrondissement se encuentra con el decimoquinto, baja por callejas y descubre lugares como el restaurante «lleno de hombres con gorra que se gritaban intimidades; un gramófono que sonaba sin cesar; un bonito perro blanco que había debajo del mostrador, al que todos llamaban Zaza y tiraban huesos, que ladraba como loco».28 Incluso en las calles que todo el mundo frecuenta, Marya descubre los locales que no son comme il faut.
  • Sara Gabrielhar citeretsidste måned
    Casi todas las novelas están ambientadas en cafés y hoteles y en las calles por las que pasean las heroínas después de humillantes encuentros en esos cafés y hoteles.
  • Sara Gabrielhar citeretsidste måned
    Mientras que el flâneur —y el novelista— es libre de pasar inadvertido en medio de la multitud, los personajes femeninos de Rhys se desplazan por la ciudad dolorosamente conscientes de que son objeto de burla.
  • Sara Gabrielhar citeretsidste måned
    Lo primero que tiene que aprender, escribió, «es la discreción; lo primero y para siempre».
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