Esa mañana, al llegar a clases, ¡sorpresa!: la maestra, la señora Málevitch, está ausente. En su lugar hay una maestra sustituta, la señora Guante, quien tiene la misma voz melosa del lobo que llama a la puerta de los tres cochinitos. Olga desconfía de ella, pero desconfía más cuando descubre que su salón está lleno de traidores.