Annie Ernaux

Los armarios vacíos

  • German Romohar citeretfor 2 år siden
    Lenguaje extraño, delicado, superficial, pulido y que, pronunciado por mí, suena falso.
  • German Romohar citeretfor 2 år siden
    Esas palabras me fascinan, quiero hacerme con ellas, apoderarme de ellas, en mi escritura. Me las apropiaba y al mismo tiempo era como si me apropiara de todas las cosas que aparecían en esos libros.
  • lolbe gonzalez arceohar citeretfor 2 år siden
    puede que eso sea el amor, dejarme chupar así, dejar que me aplaste un pequeñoburgués.
  • lolbe gonzalez arceohar citeretfor 2 år siden
    poco a poco voy asumiendo esa torpeza violenta, así que eso es un chico.
  • lolbe gonzalez arceohar citeretfor 2 år siden
    Cuando iba a llevar un libro a casa de alguna chica, buscaba el detalle feo, el plato desportillado, la cocina con el esmalte saltado, y me alegraba cuando descubría alguno, eso hacía a esas personas más cercanas a mí. Yo tampoco me daba cuenta entonces de que un objeto sucio o roto en un conjunto de cosas elegantes no era nada, es más, así se evita parecer nuevos ricos.
  • Itzel Robleshar citeretfor 2 år siden
    i revancha estaba ahí, en los ejercicios de gramática, de vocabulario, en esas frases raras que había que seguir hasta el final como largas murallas dentadas a través de un desierto, sin llegar nunca a ninguna parte.
  • Brenhar citeretfor 25 dage siden
    Yo tenía cinco, seis años. Denise Lesur, feliz de los pies a la cabeza… La tienda, el bar, mi padre, mi madre, todo gravita en torno a mí. Asombrada
  • Brenhar citeretfor 3 måneder siden
    Ver dónde empieza el descontrol. No es cierto, no nací con ese odio, no los detesté siempre, a mis padres, a los clientes, la tienda… a los otros, los cultivados, los profesores,
  • Brenhar citeretfor 3 måneder siden
    Con unas ganas tremendas de vomitar sobre ellos, sobre el mundo entero, sobre la cultura, sobre todo lo que he aprendido. Jodida por todas partes…
  • Diego Zapatahar citeretfor 3 måneder siden
    Nunca pensé que las diferencias provinieran del dinero, creía que era algo innato, la pulcritud o la mugre, el gusto por las cosas bonitas o la dejadez. Las borracheras, el fiambre enlatado, el papel de periódico enganchado a un clavo junto al retrete, creía que era una elección, que eran felices así. Hacen falta un montón de reflexiones, lecturas, clases, para no pensar de esa manera, sobre todo cuando se es una niña, y siempre ha sido así.
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