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Annie Ernaux

El hombre joven

  • Karimonhar citeretfor 2 måneder siden
    Cada vez más, me parecía que podría acumular imágenes, experiencias, años, sin sentir otra cosa que la repetición misma. Me daba la impresión de ser eterna y estar muerta a la vez, como mi madre en ese sueño que tengo a menudo y que, al despertar, me deja con la certeza de que vive realmente bajo esa doble forma.
  • Karimonhar citeretfor 2 måneder siden
    «Quisiera estar dentro de ti y salir de ti para parecerme a ti».

    Alv

  • Karimonhar citeretfor 2 måneder siden
    Era inherente a su presencia en mi vida, que había transformado él en un extraño y continuo palimpsesto.
  • Karimonhar citeretfor 2 måneder siden
    Con él recorría todas las edades de la vida, de mi vida.
  • Karimonhar citeretfor 2 måneder siden
    Él era el portador de la memoria de mi primer mundo. Remover el azúcar en su taza de café para que se fundiera más rápido, cortar los espaguetis, partir en trocitos una manzana para luego pincharlos con la punta del cuchillo: unos gestos, todos ellos olvidados, que reconocía en él y que me perturbaban.
  • Erik Fonsecahar citeretfor 2 måneder siden
    Una tarde en Capri, ante el espectáculo de las chicas jóvenes y bronceadas retozando en la Piazzetta, donde nos tomábamos unos Campari, le espeté: «¿Te tienta la juventud?». Su cara de sorpresa y su carcajada me hicieron comprender mi error. Era una pregunta para manifestar mi comprensión y mi apertura de mente, no para conocer la verdad de su deseo, cuya prueba acababa de obtener una hora antes. Ahora bien, no solo dicha pregunta subrayaba que yo ya no era joven, sino que también lo excluía a él de esa categoría que yo le designaba, como si el hecho de estar conmigo lo hubiera apartado de ella.
  • Erik Fonsecahar citeretfor 2 måneder siden
    A veces notaba en algunas mujeres de mi edad el deseo de atraer su mirada según, pensé, una lógica simple: «Si le gusta ella, es que prefiere a las mujeres maduras; entonces, ¿por qué no a mí?». Conocían perfectamente su lugar en la realidad del mercado sexual, y que fuera transgredido por una de sus semejantes les daba esperanzas y audacia. Por irritante que fuera esa actitud de querer captar —discretamente en la mayoría de los casos— el deseo de mi compañero, no me molestaba tanto como el descaro con el que algunas chicas jóvenes coqueteaban con él delante de mí, como si la presencia a su lado de una mujer mayor fuera un obstáculo insignificante o incluso inexistente. Sin embargo, pensándolo bien, la mujer madura era más peligrosa que la joven, prueba de ello es que había dejado a una de veinte años por mí.
  • Erik Fonsecahar citeretfor 2 måneder siden
    Mi cuerpo ya no tenía edad. Hacía falta la mirada abiertamente reprobadora de unos clientes a nuestro lado en un restaurante para demostrármelo. Mirada que, lejos de avergonzarme, reforzaba mi determinación a no ocultar mi relación con un hombre «que podría ser mi hijo», cuando cualquier tipo de cincuenta años podía aparecer con la que visiblemente no era su hija sin suscitar ninguna reprobación.
  • Erik Fonsecahar citeretfor 2 måneder siden
    En más de un aspecto —de la literatura, del teatro, de los usos burgueses—, yo era su iniciadora, pero lo que él me hacía vivir era también una experiencia iniciática. La razón principal por la que quería continuar con esa historia era que esta, en cierto modo, ya había sucedido, que yo era un personaje de ficción.
  • Erik Fonsecahar citeretfor 2 måneder siden
    Me gustaba imaginarme a mí misma como la persona capaz de cambiarle la vida.
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