Denne bog er ikke tilgængelig i streaming pt. men du kan uploade din egen epub- eller fb2-fil og læse den sammen med dine andre bøger på Bookmate. Hvordan overfører jeg en bog?
la he visto pasar de la alegría de reencontrarse con su hijo a la tristeza por la muerte del hermano y ahora, encima, al estupor de que se hayan robado el cadáver. Y
Silvana Garcíahar citeretfor 3 måneder siden
El tal Ramos ya no estaba entre nuestros muertos
Silvana Garcíahar citeretfor 3 måneder siden
Soy el Tala, me dijo, y apenas me lo dijo se le llenaron los ojos de lágrimas, y yo asentí, y él me abrazó y ahí nos quedamos, los dos, en ese abrazo, como si el mundo pudiera acabarse esa noche
Silvana Garcíahar citeretfor 3 måneder siden
Le dije que daba gusto verlos juntos, que lo pensara. Es muy pronto, me dijo. No te creas, le respondí, la vida se pasa rápido
Silvana Garcíahar citeretfor 3 måneder siden
Cuando llegamos a la habitación, me agarró del brazo y me obligó a mirarla: usted llegó hasta acá con mucho empeño, no ande así, mirando el suelo. Eso me dijo. Yo casi me desmayo.
Silvana Garcíahar citeretfor 3 måneder siden
Cuando llegamos a la habitación, me agarró del brazo y me obligó a mirarla: usted llegó hasta acá con mucho empeño, no ande así, mirando el suelo. Eso me dijo. Yo casi me desmayo.
Silvana Garcíahar citeretfor 3 måneder siden
Cuando llegamos a la habitación, me agarró del brazo y me obligó a mirarla: usted llegó hasta acá con mucho empeño, no ande así, mirando el suelo. Eso me dijo. Yo casi me desmayo.
Silvana Garcíahar citeretfor 3 måneder siden
Cuando llegamos a la habitación, me agarró del brazo y me obligó a mirarla: usted llegó hasta acá con mucho empeño, no ande así, mirando el suelo. Eso me dijo. Yo casi me desmayo.
Silvana Garcíahar citeretfor 3 måneder siden
Cuando llegamos a la habitación, me agarró del brazo y me obligó a mirarla: usted llegó hasta acá con mucho empeño, no ande así, mirando el suelo. Eso me dijo. Yo casi me desmayo.
Silvana Garcíahar citeretfor 3 måneder siden
Cuando llegamos a la habitación, me agarró del brazo y me obligó a mirarla: usted llegó hasta acá con mucho empeño, no ande así, mirando el suelo. Eso me dijo. Yo casi me desmayo.