Hay una materia pensadora de la que todas las cosas están hechas y que, en su
estado original, impregna, penetra, y llena los interespacios del universo.
Un pensamiento en esta sustancia, produce la cosa que es imaginada por el
pensamiento.
El hombre puede formar cosas en su pensamiento y, si impregna su
pensamiento en la SUSTANCIA SIN FORMAR, puede conseguir la cosa que él
piensa debe ser creada.