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Bøger
Charles Baudelaire

Las flores del mal

  • R Güemeshar citeretfor 2 år siden
    pues no sé adónde huyes e ignoras dónde voy,

    ¡tú a quien hubiese amado, tú que ya lo sabías
  • Meganhar citeretfor 3 år siden
    «lo bello es siempre raro»
  • Gina Cardosohar citeretfor 6 år siden
    cuya carne apretada invitaba a morder.
    Cuando ahora el Poeta pretende imaginar
    toda aquella grandeza donde se deja ver
    la desnudez del hombre y la de la mujer,
    un frío tenebroso le envuelve el corazón
  • R Güemeshar citeretfor 2 år siden
    Para ahogar el rencor y mecer la indolencia

    de estos viejos malditos que mueren en silencio,

    roído de pesares, creoles Dios el sueño;

    y el Hombre añadió el Vino, del Sol hijo sagrado
  • R Güemeshar citeretfor 2 år siden
    no te veré de nuevo más que en la eternidad?

    ¡En otra parte, lejos, ya tarde! ¡Nunca acaso!
  • R Güemeshar citeretfor 2 år siden
    Y cuando yo entreveo algún débil fantasma

    cruzando el hormiguero que bulle por París,

    constantemente creo que esos frágiles seres,

    caminan lentamente hacia su nueva cuna
  • R Güemeshar citeretfor 2 år siden
    Os habéis percatado que muchos ataúdes

    destinados a ancianas parecen el de un niño?

    Igualando esas cajas, la sabia Muerte crea

    un símbolo de gusto sugestivo y extraño
  • R Güemeshar citeretfor 2 år siden
    y rellena de miel cerebros y colmenas.

    Él es el que remoza a quien lleva muletas

    y le hace alegre y dulce igual que una muchacha,

    el que ordena a las mieses crecer y madurar

    en el alma inmortal que ansía florecer.

    Cuando, como un poeta, desciende a las ciudades,

    ennoblece la suerte de las cosas más viles,

    y lo mismo que un rey sin ruido y sin lacayos,

    igual entra en palacios que en pobres hospitales
  • R Güemeshar citeretfor 2 år siden
    las persianas, cobijo de secretas lujurias,

    cuando el sol implacable fuertemente golpea

    la ciudad y los campos, las tejas y las mieses,

    salgo solo a entregarme a mi insólita esgrima,

    husmeo en los rincones el azar de la rima,

    tropiezo en las palabras como en el empedrado,

    y a veces doy con versos largo tiempo soñados.

    Este padre nutricio, hostil a las clorosis,

    que va llenando el campo de versos y de rosas,

    evapora las penas, que se elevan al cielo
  • R Güemeshar citeretfor 2 år siden
    El sol

    Por el antiguo barrio de casuchas que ocultan
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