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Svetlana Aleksievich

El fin del «Homo sovieticus»

  • Iván Méndez Ocampohar citeretsidste år
    A veces pienso en mis compañeros de la universidad… Nos hemos convertido en cualquier cosa—altos ejecutivos de agencias de publicidad, empleados de banca, vendedores—; en cualquier cosa menos en filólogos…
  • Irasema Diazhar citeretfor 9 dage siden
    Una amiga mía se suicidó… Era una mujer fuerte, de éxito, rodeada de admiradores y amigos. Todos nos quedamos estupefactos. ¿Cómo interpretar su suicidio? ¿Fue un gesto de cobardía o un acto de autoafirmación?
  • Irasema Diazhar citeretfor 15 dage siden
    —Yo me crié en la URSS y el miedo nunca me abandona. Hace diez años no se me habría ocurrido salir a protestar a la calle por nada del mundo. Pero ahora no me pierdo ni una sola manifestación. Estuve en las manifestaciones de la avenida Sájarov y la calle Nuevo Arbat. Y también en la del anillo blanco. Quiero aprender a ser libre. No quiero morirme siendo lo que soy ahora: una mujer soviética. Quiero expulsar de mi cuerpo a paletadas todo lo soviético que hay en mí…
  • Irasema Diazhar citeretfor 18 dage siden
    Cuando yo nací, la URSS ya había dejado de existir. Y si algo me disgusta salgo a protestar a la calle en lugar de comentarlo en voz baja en la cocina, como hacían en tiempos soviéticos.
  • Irasema Diazhar citeretfor 18 dage siden
    —El 7 de mayo de 2012 la televisión mostró el suntuoso cortejo de Putin avanzando por una ciudad desierta de camino al acto de toma de posesión presidencial en el Kremlin. No se veía ni un coche, ni un transeúnte. Habían sometido a la ciudad a una limpieza de veras concienzuda. Miles de policías, militares y agentes de los cuerpos de seguridad hacían guardia en las bocas de metro y los portales de los edificios. Por un día la capital parecía limpia de moscovitas y de sus sempiternos atascos. Era una ciudad muerta. Una ciudad cadáver para un zar de pacotilla.
  • Irasema Diazhar citeretfor 18 dage siden
    —No existe ninguna otra alternativa de futuro para la humanidad que no pase por el comunismo.

    —Sobre las puertas del campo de trabajo de Solovki colgaba un lema bolchevique: «Con puño de hierro conduciremos a la humanidad hacia la felicidad». Ésa era una de las recetas para salvar a la humanidad.

    —Ya se me han quitado las ganas de salir a la calle a hacer algo. Lo mejor es quedarse de brazos cruzados. Ni el bien, ni el mal. Porque lo que hoy es el bien, puede ser el mal mañana.

    —No hay nadie más temible que un idealista…
  • Irasema Diazhar citeretfor 19 dage siden
    —Yo crecí en una familia de disidentes… En la cocina de una familia de disidentes… Mis padres eran conocidos de Sájarov, repartían literatura prohibida, samizdat. Juntos leímos a Vasili Grossman, a Evguenia Guinzburg, a Dovlátov… Escuchaba Radio Svoboda… Y, naturalmente, en 1991 estuve frente a la Casa Blanca, dispuesto a dar mi vida con tal de que no volviera el comunismo. No había un solo comunista entre mis amigos. Para nosotros, el comunismo era sinónimo del terror rojo, del Gulag. De las celdas.
  • Irasema Diazhar citeretfor 19 dage siden
    —Yo tengo cincuenta años y trato de librarme de todo lo soviético que hay en mí. Pero no se me da bien. Trabajo para una empresa privada, pero odio al dueño. No estoy conforme con la manera en que se dividieron el pastel de la URSS, con aquellas privatizaciones a la brava. No me gustan los ricos. Van pavoneándose por las televisiones mostrando sus palacios y sus bodegas de vino… Por mí pueden bañarse en leche en sus bañeras con grifería de oro… No me importa. Pero ¿a santo de qué lo muestran? Yo no sé vivir junto a los ricos. Me duele verlos. Me ofende verlos. Y ya no voy a cambiar mi forma de ser. Viví demasiado tiempo en el socialismo. Hoy se vive mejor, pero el ambiente da asco.
  • Irasema Diazhar citeretfor 19 dage siden
    Al pueblo ruso le gusta dejarse llevar por las ideas. Antes se dejó seducir por la idea del comunismo, se entregó a ella con ardor, con fanatismo. Después se hartó, se sintió decepcionado. Y de repente decidió que era hora de renunciar al pasado y sacudirse con fuerza el polvo que había dejado en los zapatos. Que era hora de empezar de cero, por decirlo así. Ahora nos dejamos adormecer por otras ideas, que consideramos nuevas. ¡Adelante, hasta la plena victoria del capitalismo! ¡Pronto viviremos como viven en Occidente! Sueños de color rosa…
  • Irasema Diazhar citeretfor 19 dage siden
    las multitudes se rigen por sus propias leyes… Las multitudes son monstruos y el hombre que forma parte de una multitud ya ha dejado de ser aquel con el que charlabas en la cocina, bebiendo vodka o té… Ya no volveré a participar jamás en nada semejante… Ni permitiré a mis hijos que lo hagan…
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