bookmate game
Lina Meruane

Avidez

Giv mig besked når bogen er tilgængelig
Denne bog er ikke tilgængelig i streaming pt. men du kan uploade din egen epub- eller fb2-fil og læse den sammen med dine andre bøger på Bookmate. Hvordan overfører jeg en bog?
  • Ana Saenzhar citeretfor 24 dage siden
    Sonrió ambiguamente cuando arrancamos la tela y vimos aparecer una enorme lengua entre sus labios, una lengua oscura, una lengua gorda que nos dejó un instante atónitas. Se iba levantando hacia nosotras, esa lengua lampiña. Lanzamos lejos las hojas de afeitar y nos inclinamos a besarla y nos besamos con asco, con ansias, con furiosa avidez.
  • Marcia Ramoshar citeretfor 5 måneder siden
    Tu mano continuaría perdida y tú no tendrías que irte, Aitana; podríamos seguir aplazando la despedida. Aguardábamos las dos (sobre todo yo, Aitana, sobre todo
  • Marcia Ramoshar citeretfor 5 måneder siden
    Alone había tenido la amabilidad de mandarle la crónica de Latcham, y María Carolina Geel leyó en voz alta las palabras de ese otro crítico: «La autora tiene una clara inteligencia para captar matices del alma femenina y una técnica moderna, de planos audaces, ajena a procedimientos atrasados».
  • Marcia Ramoshar citeretfor 5 måneder siden
    La escritora no quería casarse con él, pero decidió casar a Georgina.

    Pobre animal.

    Pobre yo
  • Marcia Ramoshar citeretfor 5 måneder siden
    reflexionando: hámster era uno de esos sustantivos machos, como animal, como odio, como disparo. Como hombre
  • Marcia Ramoshar citeretfor 5 måneder siden
    reflexionando: hámster era uno de esos sustantivos machos, como animal, como odio, como disparo. Como hombre
  • Marcia Ramoshar citeretfor 5 måneder siden
    Se escuchó el eco de otro no cansado o acaso distraído: la portadora del agujero suplementario se estaba encrespando las pestañas con una mano mientras con la otra intentaba estirar el enrollado cable del teléfono.
  • Marcia Ramoshar citeretfor 5 måneder siden
    No se iba a dejar coser el agujero que ellos le habían hecho.

    Se lo habían dejado ahí, ese ojal de piel auscultando lo profundo, ese
  • Marcia Ramoshar citeretfor 5 måneder siden
    Que le insertaron una mandíbula, dientes de acero, y que siguiendo el diseño de alguna lumbrera artificial la abrieron de arriba abajo respetando solo el pequeño botón del deseo: para ese pedazo
  • Marcia Ramoshar citeretfor 5 måneder siden
    Carlota no: su cuerpo es demasiado grande, los huesos de la cadera se le quedan atrapados entre los barrotes y la cabeza amoratándose hasta que desiste.

    Patea el suelo, lo patea y escupe
fb2epub
Træk og slip dine filer (ikke mere end 5 ad gangen)