En la actualidad, los niños están sometidos a una estimulación intensa, un exceso de información y una avalancha de actividades extraescolares. Esta sobrecarga, que tiene
por objetivo convertirlos en adultos extremadamente capaces, se traduce en una falta de iniciativa para soñar e inventar.
Sin embargo, es esencial que los niños disfruten de momentos de ocio, pues estos les ayudan a expresar sus deseos y estimulan su creatividad.
• ¿Por qué es tan necesario el juego?
• ¿En qué sentido es constructiva la inactividad?
• ¿Cómo benefician al niño los momentos de «aburrimiento»?
• ¿Qué lugar deben ocupar la televisión y los videojuegos en su tiempo libre?
• ¿Hasta qué punto deben tener libertad para elegir sus aficiones?
Etty Buzyn, psicóloga clínica y psicoterapeuta, expone las razones por las que el exceso de actividad merma la riqueza de la imaginación, que es determinante para «la creatividad y, por lo tanto, para la adaptación y la innovación». Por ello, los niños deben disponer de tiempo libre para soñar y, así, el día de mañana no verse tentados a quedarse al margen de la sociedad ni convertirse en adultos que se sientan atados por las normas.