A los escritores, por lo general, se les escapa esta gran verdad y, en su intento de atraparla, nunca logran crear una novela veraz. Es muy difícil plasmar en un personaje de novela a una persona real. Incluso a cualquiera de los dioses que conocemos le costaría hacerlo… Aunque admito que quizá mi propio desastre, mi forma de ser tan caótica, me haya llevado a esa conclusión. Si así es, me disculpo por adelantado.