Dios fulmine a la que escriba sobre mí

Los objetos son inertes y sólo tienen significado en función de la vida que los emplea. Cuando esa vida se termina, las cosas cambian, aunque permanezcan iguales. Están y no están allí, como fantasmas tangibles, condenados a sobrevivir en un mundo al que ya no pertenecen.

Marguerite Yourcenar decía que una de las mejores maneras de conocer a alguien es a través de sus libros. Algo de verdad debe haber ahí.

El abrazo más necesario. Somos también lo que hemos sido para las demás.

Ya en el curso de los astros está prefigurado el acto supremo de la vida animal, la cópula. La creación misma no es otra cosa que un acto fecundante. Desde el origen está presente el sexo, vínculo sagrado que mantiene a la naturaleza entera. Los que niegan el sexo no comprenden el enigma del universo…
[Lorenz Okenfuss]

os debates se expandieran.
Me pasa lo mismo cuando vuelvo a experiencias y personas que conocí antes. Lo que fue un coqueteo incómodo se torna en acoso bajo la lupa del tiempo y lo que fue mi papá presentándome a su novia joven se vuelve un dolor de cabeza.

cuesta reconciliarme con la pérdida de la inocencia, en especial cuando revisito libros que leí hace mucho y amé (o amo) profundamente, más aún cuando fueron escritos antes de que estos debates se expandieran.

y violencia que se ocultan bajo los signos de la felicidad no significa necesariamente volverse una persona infeliz, si bien implica rehusarse a seguirle la corriente a las cosas y a mostrar signos de ir contra la corriente».

Sarah Ahmed habla de la figura de la feminista infeliz: «Oponerse a las distintas formas de poder

Deseaba en especial que nadie pensara en él como yo lo hacía, con esa furia y rechazo.

Me doy cuenta de que divago para no leer y no leo por miedo a entender.