Michael Jackson, que venía de cantar con sus hermanos en los Jackson 5, se convirtió en la estrella más rutilante del momento y fue uno de los grandes beneficiados por la Era de la Imagen. Gran intérprete, excelente autor, excepcional bailarín, fue el artista total desde sus primeros discos en solitario. Cuando el 1 de diciembre de 1982 publicó Thriller, el mundo se rindió a sus pies. El LP vendió 30 millones de copias (llegó a los 40 en los años siguientes), siete de sus canciones fueron nº 1, y ganó 8 premios Grammy. Que el personaje se devorara a sí mismo, víctima de su ausencia de infancia y de otros escándalos que le llevaron a morir a los cincuenta años, no merma su gran influencia.