Fakecracia

Hablamos mucho de las burbujas de internet. Pero las burbujas de las noticias desconectan las campañas políticas de la mayoría de la población que dejó de informarse en los diarios y que cree más en las desmentidas de sus youtuberos favoritos que en cualquier verdad que venga de la prensa, que suele ignorar las preferencias de la mayoría, que en Latinoamérica no lee la prensa. Según Latinobarómetro, las instituciones más confiables son la Iglesia y las Fuerzas Armadas, y en el caso específico de Brasil, en 2018 tienen 73% y 53% de confianza, respectivamente, mientras el gobierno tiene 7%, el Parlamento, 12% y 6% los partidos políticos. Ese país eligió la fórmula de un capitán y un general de vicepresidente que usaban el lema “Brasil por sobre todo. Dios sobre todos”. Y que apoyaron los líderes evangélicos que hasta 2014 habían apoyado el PT porque, al decir del presidente de la Asamblea de Dios, que convoca al 10% de los brasileños: “De todos los candidatos, el único que habla el idioma del

El otro problema que tuvo la campaña negativa del PT hacia Bolsonaro es que olvidaron que la comunicación deja los conceptos hostiles del lado del que los enuncia, como aún se ve en el sitio de Lula, plagado de palabras negativas dirigidas a alguien que nunca se menciona. Ahí, meses después del cierre de campaña, un enlace lleva a #hadadsim #elenao. Otro invita a leer: “La serpiente fascista desparrama el terror en el país”.3 Otro dice: “Denuncias sobre noticias falsas pueden ser enviadas directamente a los tribunales electorales”.4 Solo los convencidos pueden asignar esos conceptos al adversario, con lo cual ese tipo de campaña ratifica al militante pero no es entendida de la misma manera por los ajenos. Ese mecanismo lo descubrió tardíamente la periodista Mónica Iozzi, que se arrepintió por Instagram de haber entrevistado a Bolsonaro tantas veces en el programa satírico CQC “para mostrar el bajo nivel de los representantes electos. Era como una denuncia. Jamás imaginamos que muchas personas se identificarían con él”.5 Recién con el resultado electoral se dieron cuenta. Eso que existía el antecedente inmediato del gran favor que le hizo a Trump la intensa campaña negativa de los demócratas y de la prensa dominante.

A la vez, se subestimó el impacto emocional de muchos homosexuales no famosos que apoyaban las expresiones del candidato Bolsonaro en cuanto a que iba a priorizar la meritocracia por sobre la política de cupo. No fueron pocas las fotos y los videos de homosexuales con el candidato que desde los medios se señalaba como homofóbico

El video de Daniela Mercury fue publicado inicialmente en el canal de YouTube “Dilma resistente” pero, ante el repudio generalizado, se lo dio de baja a las 48 horas. Anitta, que es por lejos la artista más popular de Brasil en este momento, defendió su derecho de preservar su voto aunque tuvo que posponer el lanzamiento de su video Veneno porque había demasiado rechazo circulando en las redes. El efecto búmeran se observó porque las búsquedas a favor del candidato supuestamente repudiado se dispararon, y las encuestas registraron un crecimiento de 10 puntos en intención de voto, que se confirmó en que, lejos de los pronósticos que daban primero a Fernando Haddad en los candidatos a balotaje, los votos pusieron a Bolsonaro a pocas décimas de ser electo en primera vuelta.

El video del cantante Zezé di Camargo hablando con Bolsonaro tuvo más de 4,8 millones de vistas. El de Daniela Mercury invitando a Anitta a sumarse a la marcha de repudio a Bolsonaro bajo la consigna #elenao tuvo 3,2 millones de vistas, pero 1,2 millones de dislikes, lo que lo puso entre los 25 videos más rechazados de la historia de YouTube.1

Obviamente, el resultado de la elección no puede ser atribuido solamente a la difusión de noticias falsas. Sin embargo, es un hecho que la desinformación ha caracterizado la elección y el estado de ánimo en 2018. Por lo tanto, las redes sociales digitales se convirtieron en arena política, lugar de dictamen, posicionamiento y debate, no siempre justificada con hechos, pero sin duda llena de emociones.

Aunque estas falsas noticias fueran comprobadas y desmentidas, la versión real rara vez llegaba a los votantes debido a las burbujas ideológicas en que estos se encontraban previamente.

La difusión de las noticias falsas no escatimó en la utilización de mensajes cuidados estéticamente para atacar a los enemigos políticos. Es importante observar el uso de los colores en cada lado. En la parte de Bolsonaro, los colores de Brasil y en la parte de Haddad, el rojo, color del partido y representante de posiciones de izquierda. Para contextualizar, uno de los bordes durante las manifestaciones en apoyo de la acusación y la aplicación correcta, dijo: “Nuestra bandera nunca será roja”, mientras que los manifestantes llevaban camisas amarillas, idénticas a las utilizadas en los deportes típicos.

Las elecciones presidenciales de 2018 en Brasil estuvieron marcadas por una polarización extrema, agravada por la crisis económica. El candidato elegido, Jair Bolsonaro, era un candidato de la extrema derecha (militar retirado) que estaba anclado en el Partido Social Liberal (PSL). El candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad, profesor universitario y exalcalde de São Paulo, disputó la segunda vuelta. El resultado final marcó el 55,13% para Bolsonaro (57 millones de votos) contra el 44,87% para Haddad (47 millones de votos)

El primer golpe que se dio el propio gobierno fue promocionar a Crudo Ecuador, que, en lugar de bajar su popularidad, se afianzó muy fuertemente dentro de la cultura ecuatoriana, lo que incrementó exponencialmente su número de seguidores y popularizó sus memes aún más. Un segundo error fue la “persecución política” que provocó dentro de las redes sociales ecuatorianas, mostrándose como intolerante a los mensajes contrarios a su postura, algo que ya era costumbre en la gestión de Rafael Correa.