Horacio Quiroga

Cuentos de la selva

  • Diego Camposhar citeretfor 4 år siden
    Trabajen, compañeras, pensando que el fin a que tienden nuestros esfuerzos —la felicidad de todos— es muy superior a la fatiga de cada uno. A esto los hombres llaman ideal, y tienen razón. No hay otra filosofía en la vida de un hombre y de una abeja
  • Jhonatan Muñetonhar citereti går
    Cuando se come pasto del suelo hay que mirar siempre antes los yuyos, para ver si hay víboras.
  • Jhonatan Muñetonhar citereti går
    Cada media hora hay que levantar bien alto la cabeza y oler el viento, para sentir el olor del tigre.
  • Jhonatan Muñetonhar citereti går
    Hay que mirar bien el río y quedarse quieto antes de bajar a beber, para estar seguro de que no hay yacarés.
  • Jhonatan Muñetonhar citereti går
    Hay que oler bien primero las hojas antes de comerlas, porque algunas son venenosas.
  • Reina Azúcarhar citeretsidste år
    Así habló la madre. Todos se bajaron entonces y se separaron, caminando de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, como si hubieran perdido algo, porque así caminan los coatís
  • Reina Azúcarhar citeretsidste år
    No es nuestra inteligencia, sino nuestro trabajo quien nos hace tan fuertes. Yo usé una sola vez de mi inteligencia, y fue para salvar mi vida. No habría necesitado de ese esfuerzo, sí hubiera trabajado como todas. Me he cansado tanto volando de aquí para allá, como trabajando. Lo que me faltaba era la noción del deber, que adquirí aquella noche. Trabajen, compañeras, pensando que el fin a que tienden nuestros esfuerzos —la felicidad de todos— es muy superior a la fatiga de cada uno. A esto los hombres llaman ideal, y tienen razón. No hay otra filosofía en la vida de un hombre y de una abeja
  • Diego Camposhar citeretfor 4 år siden
    La inteligencia de la culebra no había alcanzado nunca a darse cuenta de este fenómeno; pero la abeja lo había observado, y se aprovechaba de él para salvar su vida.

    La culebra no dijo nada, pero quedó
  • Diego Camposhar citeretfor 4 år siden
    No hay mañana para las que no trabajan— respondieron las abejas, que saben mucha filosofía.
  • Jose Alfredo Corona Ruizhar citeretfor 4 år siden
    hombre se curó, y quedó tan agradecido a las rayas que le habían salvado la vida
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