Somos lo que hablamos. Somos lo que escribimos. Somos lo que leemos.La palabra está dotada de un poderoso efecto terapéutico y sanador. Este libroestá dedicado a analizar las funciones de la palabra hablada, escrita yescuchada, como herramientas que podemos utilizar para mejorar nuestra calidadde vida. Herramientas que nos ayudan a superar el analfabetismo emocional, ynos enseñan a valorar las emociones propias y ajenas.Las personas hablan mucho y escuchan poco. Pero hay otra forma de escucha, lareceptiva. Quien puede escuchar ayuda a sanar, consuela, apoya, conforta,estimula. Escuchar, después de todo, es una manera de amar. Sinay tambiénreflexiona sobre la importancia ineludible que la lectura tiene en nuestraalimentación intelectual, emocional y espiritual; y sobre la escritura comoherramienta de autoconocimiento y autotransformación.El autor también alerta sobre los usos tóxicos de la palabra, de modo de quepodamos neutralizarlos y enriquecer así el potencial del diálogo al tiempo quesaneamos y potenciamos los vínculos interpersonales; y finalmente realiza unanálisis de las propiedades curativas de la palabra, y celebra todo aquelloque la hace tan necesaria como el aire que respiramos.La palabra nos comunica, nos enlaza, nos expresa y nos sana.
