John Williams

Stoner

  • ALIRIO SEDANO ROLDANhar citeretfor 3 år siden
    En su año cuarenta y tres de vida, William Stoner aprendió lo que otros, mucho más jóvenes, habían aprendido antes que él: que la persona que uno ama al principio no es la persona que uno ama al final, y que el amor no es un fin sino un proceso a través del cual una persona intenta conocer a otra.
  • ashaelhar citeretfor 3 år siden
    Cuando lo tuvo entre las manos pareció que sus dedos cobraban vida, temblaban tanto que apenas podía abrirlo. Pasó las primeras páginas y vio la dedicatoria: «Para W. S.».
  • OswaldoGhar citeretfor 5 år siden
    Su padre se levantó de la silla. Miró sus dedos gruesos, callosos, los surcos en los que la tierra había penetrado tan profundamente que no se podían lavar. Entrelazó los dedos y los levantó de la mesa como si estuviera rezando.
  • Pauhar citeretfor 2 måneder siden
    Stoner nunca supo lo que Grace sentía, si se quedaba porque quería o porque su madre quería, o motivada por una vasta indiferencia hacia su propio destino
  • Pauhar citeretfor 2 måneder siden
    llevaba siempre cerca de su consciencia el conocimiento sanguíneo de su herencia, transmitida por ancestros cuyas vidas fueron oscuras, duras y estoicas y cuya ética común era la de mostrar a un mundo opresivo rostros inexpresivos, duros y fríos
  • Pauhar citeretfor 2 måneder siden
    Como todos los amantes hablaban mucho de sí mismos, como si por ello pudieran comprender el mundo que los hacía posibles
  • Pauhar citeretfor 2 måneder siden
    En su tierna juventud, Stoner había pensado en el amor como en una manera de existir absoluta a la que podría acceder si era afortunado; en su madurez había decidido que era el cielo de una religión falsa hacia el que se debía mirar con sosegado descreimiento, benévolo y crónico desprecio y vergonzante nostalgia. Ahora, a su mediana edad, empezaba a entender que ni se trataba de un estado de gracia ni de una ilusión; lo veía como un acto humano de conversión, una condición inventada y modificada, minuto a minuto y día a día, por la voluntad y la inteligencia del corazón.
  • Pauhar citeretfor 2 måneder siden
    En su año cuarenta y tres de vida, William Stoner aprendió lo que otros, mucho más jóvenes, habían aprendido antes que él: que la persona que uno ama al principio no es la persona que uno ama al final, y que el amor no es un fin sino un proceso a través del cual una persona intenta conocer a otra.
  • Pauhar citeretfor 2 måneder siden
    Había llegado a ese punto en el que le asaltaba, con intensidad creciente, una cuestión de una simplicidad tan aplastante que carecía de recursos para afrontarla. Se empezó a preguntar si su vida merecía la pena, si alguna vez la había merecido. Era una duda, sospechaba, que le llegaba a todo el mundo tarde o temprano. Se preguntaba si a los demás les sobrevenía con la misma fuerza impersonal que le llegaba a él. La cuestión le sumía en la tristeza, pero era una tristeza general que —pensaba— tenía poco que ver con él o con su particular destino, ni siquiera estaba seguro de que la cuestión naciera de las causas más recientes y obvias que habían trastornado su vida. Provenía, pensaba, de su mayor edad, de la cantidad de accidentes y circunstancias y de lo que había logrado entender sobre ellos. Hallaba un gusto siniestro e irónico en la posibilidad de que, con la poca formación que se había procurado, se las había arreglado para llegar a una certeza: que a la larga todas las cosas, incluso el conocimiento que le permitía saber esto, eran fútiles y vacías y que al final empequeñecían hasta convertirse en una nada donde ya no cambiaban.
  • Pauhar citeretfor 2 måneder siden
    La amistad entre Gordon Finch y William Stoner había llegado a un punto al que llegan todas estas relaciones si se mantienen lo suficiente: era informal, profunda y tan sigilosamente íntima que era casi impersonal
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