De este modo, una doctrina tan compleja y variada como el tantra se redujo al conocido popularmente como sexo tántrico y no pocos mentores que no tenían la menor idea del verdadero tantrismo se autoproclamaron instructores de esta esotérica enseñanza que permitía prolongar durante horas la cópula sexual. Célebres cantantes, artistas y actores hacían gala de seguir las orientaciones tántricas con gran éxito erótico, con lo que la espesa y densa masa, que diría Azorín, comenzó a querer también conocer y deleitarse con esas claves secretas venidas de la India que garantizaban un placer erótico hasta entonces desconocido, y para los hombres, la posibilidad de una sorprendente virilidad. Todo eso es pura falsedad,