Los procesos de industrialización a comienzos del siglo XX en Colombia demandaban una nueva relación de las personas con el movimiento, la emergencia de unas subjetividades cinéticas capaces de hacer realidad el orden social imaginado pero no realizado por las élites liberales del siglo XIX.
Para que Colombia pudiera ingresar con éxito a las nuevas dinámicas del capitalismo mundial, los cuerpos debían adquirir una nueva velocidad. Había que producir un nuevo tipo de sujeto desligado de su tradicional fijación a códigos y hábitos mentales preindustriales, y esto conllevaba la necesidad de implementar una serie de dispositivos que permitieran la rápida circulación de personas y mercancías.
La industrialización requería entonces una disposición para vivir cinéticamente, y hasta una cierta compulsión por abandonar la seguridad ofrecida por las esferas primarias de arraigo y aventurarse «más allá", tras la conquista de un futuro siempre “mejor”.
Este libro propone una genealogía de estos dispositivos e imaginarios, bajo la hipótesis de que en la Colombia de comienzos del siglo XX, el deseo por la mercancía precedió ala llegada de la mercancía misma. Es decir que el capitalismo industrial no se «enraizó" en nuestro medio primero con las fábricas y las máquinas, sino con las palabras, los signos y las imágenes. Antes que como un mundo de objetos, la industrialización de los años diez y veinte se constituyó entre nosotros como un mundo de sueños y deseos.