La muerte juega a los dados

Mis recuerdos son la argamasa con la que levanté estos muros. Pero, a medida que voy avanzando, me doy cuenta de que todo lo que cuento es cierto, menos la mayoría de los hechos. ¡Es tan frágil la memoria! Tan mentirosa. Dicho de otro modo, los hechos no son exactos, las consecuencias, sí.

–¿Y si el muerto no fuera el final, sino el principio de todos los problemas? He estado leyendo esas novelitas tuyas y ya entiendo cómo están hechas: primero se busca un muerto y se lo pone en las primeras páginas, después, un culpable, que aparece en las últimas y, con esos dos datos bien plantados, se enreda una madeja durante doscientas páginas. Es un buen truco, pero en la vida no sucede así. La vida es puro azar, querido mío, y la muerte juega a los dados.

Pronto empezaría a relacionarse con su marido de esa manera tan típica que siempre es cortés, pero que esconde, en la manera de pronunciar «buenos días» algo que suena como «te odio» o que, cuando se pregunta «¿qué tal has pasado la tarde», en realidad, lo que se está diciendo, es «por mí, te puedes morir».

tan frágil la memoria! Tan mentirosa. Dicho de otro modo, los hechos no son exactos, las consecuencias, sí.

Estábamos tomando un café y me comentó que, cuando alguien iba a su consulta, en su diván se sentaban tres generaciones.

entre cazos y sartenes, tamices y fogones, descubría que traducir no era cambiar una palabra por otra, sino algo mucho más sutil que la salsa más sofisticada.

qué frío hace en algunos idiomas

Paul Viejo

Europa es un sueño que solo existe en la mente de los latinoamericanos y abarca Francia, España, Italia e Inglaterra.

–Para tener suerte, hay que hacer mil.

–¿Y para qué sirven?

–Para nada, mi amor, las cosas bellas nunca sirven para nada.