es
Bøger
John howard Griffin

Negro como yo

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    Esa noche me miraban pero no me veían.
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    El estampado de su falda giró bruscamente al darme la espalda.
    —Se están poniendo cada día más impertinentes —dijo en voz alta. Otra mujer asintió y se enredaron las dos en una conversación
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    Yo sentía punzadas de vergüenza, porque sabía que los negros estaban justamente resentidos conmigo por atraer la atención de un modo tan desfavorable. Permanecí sentado tal como les había visto hacer a ellos, como una esfinge, fingiendo no darme cuenta de nada. La gente perdió el interés gradualmente. La hostilidad derivó hacia el aburrimiento. La pobre mujer seguía con su charla, reacia al parecer a dejar de ser el centro de atención
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    Había manipulado el misterio de la vida y había perdido el sentido de mi propio ser. Eso era lo que me destrozaba. El Griffin que yo era se había hecho invisible
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    transformación era total y estremecedora. Había esperado verme disfrazado, pero aquello era una cosa distinta. Estaba apresado en la carne de un absoluto desconocido, un tipo antipático con el que no sentía ningún parentesco
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    Al abandonar su consultorio, me estrechó la mano y dijo con gravedad: «Ahora pasas al olvido
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    Me contó también cosas que le habían contado los negros...: que cuanto más clara era la piel, más de fiar era el negro. Me pareció asombroso que un hombre inteligente incurriese en semejante tópico, e igualmente asombroso que hubiera negros que lo fomentaran, porque en realidad emplazaba al negro más oscuro en una posición inferior y alimentaba la idea racista de juzgar a un hombre por su color.
    Cuando no estaba tumbado bajo la lámpara, recorría las calles de Nueva Orleans para orientarme. Paraba todos los días en un puesto de limpiabotas callejero que quedaba al lado del Mercado Francés. El limpiabotas era un hombre mayor, grande, muy inteligente y buen conversador. Había perdido una pierna durante la Primera Guerra Mundial. No mostraba la obsequiosidad del negro sureño, pero era cortés y fácil de conocer. (No es que yo me hiciese la ilusión de conocerle, porque era demasiado astuto para otorgar tal privilegio a un hombre blanco). Le conté que era escritor y que estaba viajando por el Sur Profundo para estudiar las condiciones de vida, los derechos civiles, etcétera, pero no le conté que haría eso como un negro. Finalmente, intercambiamos nombres. Se llamaba Sterling Williams. Decidí que podría ser el contacto para mi ingreso en la comunidad negra.
    7 de noviembre

    Hice mi última visita al médico por la mañana. El tratamiento no había funcionado tan rápida y completamente como habíamos tenido la esperanza que lo hiciese, pero disponía de una capa oscura de pigmento que podría retocar perfectamente con tinte. Decidimos que debía afeitarme la cabeza, ya que no tenía rizos. Se estableció la dosis y el tono oscuro debía aumentar con el paso del tiempo. A partir de allí, tenía que arreglármelas solo.
    El médico mostró muchas dudas y tal vez lamentase haber accedido
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    Yo creo en la hermandad del hombre —dijo—. Respeto la raza. Pero nunca puedo olvidar la época en que era un interno y tenía que bajar hasta South Rampart Street para curarles. Tres o cuatro se sentaban en un bar o en casa de un amigo. Eran aparentemente todos ellos amigos y luego, de pronto, surgía algo y uno resultaba herido de una cuchillada. Estábamos muy dispuestos a ayudarles todo lo posible, pero teníamos ese problema... ¿cómo puedes transmitir las normas de justicia a unos hombres si temes que sean tan ajenos a ellas que puedan acabar contigo? Sobre todo, porque su actitud hacia su propia raza es destructiva
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    Después de cenar cogí el autobús para la ciudad y paseé por algunos de los sectores negros de South Rampart-Dryades Street. Son mayoritariamente sectores pobres con todo tipo de cafés, bares y negocios y de residencias anárquicas. Buscaba un acceso, un medio de entrar en el mundo de los negros, tal vez algún contacto. Por el momento era para mí un espacio en blanco. Lo que más me preocupaba era aquel periodo de transición en el que «pasaría al otro lado». ¿Dónde y cómo lo haría? Pasar del mundo de los blancos al de los negros es un asunto complicado. Buscaba la grieta en la pared por la que pudiera hacerlo sin que me vieran
  • b8991582547har citeretfor 4 år siden
    No van a hacerte ninguna pregunta. En cuanto te vean, serás un negro y eso es todo lo que querrán saber de ti.
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