Que chebre
Escalofriante pero de esos que no querés dejar de leer para saber que va a pasar.
12 cuentos en donde Mariana Enriquez crea el terror en situaciones cotidianas de la vida común.
Mis favoritos: Mis muertos tristes, La desgracia en la cara, Diferentes colores hechos de lágrimas, Cementerio de Heladeras y Ojos Negros. En Instagram @dibujailuj está ilustrando cada uno de los cuentos, ya lleva 4. Están increíbles 👍🏻
El estilo de Mariana Enríquez está en cada historia: la atmósfera, el horror, la miseria, el suspenso. Con esos elementos, que domina perfectamente, es muy fácil adentrarse a cada cuento; pero todos se sienten inconclusos. Hay un buen planteamiento, algunos se caen en el desarrollo y, aunque los finales abiertos son parte de sus estilo, estos se leen incompletos, con giros abruptos o un cierre precipitado. No sé cómo decidieron publicarlo así, es obvio que debían trabajarse más porque al final no se leen como el resto de sus cuentos previos, que son geniales.
En comparación con sus otros libros, este es mejor pasarlo de largo. Si no han leído antes a la autora, es mejor iniciar con "Las cosas que perdimos en el fuego".
La mejor pluma de Latinoamérica, sin duda. Toca todas las emociones partiendo de un género, pero nos demuestra lo que es Alta Literatura mientras nos estremecemos de terror y deja al lector con la CERTEZA de que TODO eso es posible ahora mismo a la vuelta de la esquina.
El cuerpo, la casa y el barrio es ese lugar sombrío de apariencia soleada. Cada quien sabe o pretende ignorar lo que habita debajo de su piel.
El horror humano... muy horroroso y muy humano
Me asusté mucho, sobre todo con el último cuento. Con esta primera lectura percibí que le faltó más cuidado editorial. Los cuentos son geniales, pero quizá falta pulir aspectos de gramática, puntuación y también detectar otro tipo de errores.
No parece na de terror
El género "Terror" tiene, para mí, un nombre exagerado: es difícil sentir terror al leer, o ver una película. Un ruido repentino, un gato que aparece de la nada, son sustos. Pero lo que se dice terror, no.
Sin embargo, los cuentos de Mariana Enriquez transcurren en contextos terroríficos, y es así que sabemos que lo que ella pretende es que nos austemos con las cosas que pasan alrededor, más que con lo que nos cuenta en estos relatos.
Por ejemplo:
"Era imposible mantenerlo medicado y menos cuando empezó a recorrer el centro y a obsesionarse con los cuerpos de los homeless; me describía las heridas, las escaras, las infecciones, los agujeros donde antes había dientes, el color de la piel de los muertos que nadie venía a recoger, y yo le decía que no tenía por qué enloquecerse así, que no podía ayudar, que no le hacía bien."
Cita del cuento "Un lugar soleado para gente sombría"
O también:
"Pero estuve bien porque la sensación de la presencia de los chicos de ojos negros no se parecía a nada. No podía compararlo con ver un arma debajo de una almohada, o la sacudida de una rata entre las bolsas de basura o el graznido horrible de algún pájaro nocturno. Ni con el ladrido de un perro hambriento o el llanto de un chico que había sufrido algo sin nombre. No era ese tipo de miedo o repulsión", en el cuento "Ojos negros"