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Bøger
Ryoko Sekiguchi

Nagori

  • Javier Robleshar citeretfor 9 dage siden
    eso son las estaciones: muertes o desapariciones sucesivas que dan lugar a otras vidas, pero que un buen día regresan.

    Oleremos y comeremos aquellos azahares, aquellos tomates y aquella salvia. Formarán parte de nosotros. O haremos conservas con ellos para preservar su esencia. Nos provocará nostalgia su partida con la estación, pero cada año nos reencontramos con ellos.
  • Javier Robleshar citeretfor 9 dage siden
    Nos congratulábamos constantemente de la belleza de la vida, experimentábamos una alegría de vivir tan aguda como un vértigo, casi dolorosa, y acusábamos de continuo la nostalgia por el tiempo que se nos escurría entre los dedos
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    el cíclico regreso de las estaciones se desactiva si las vivimos una única vez, cuando en verdad es que éstas no cesarán de sucederse
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    el cíclico regreso de las estaciones se desactiva si las vivimos una única vez, cuando en verdad es que éstas no cesarán de sucederse
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    En la etapa adulta, y a menudo incluso en la infantil, no se concibe la idea de contar con un tiempo semejante a nuestra plena disposición. Eso es lo que convierte la beca en un período irreemplazable: se nos brindaba una vida entera durante un año
  • Javier Robleshar citeretfor 9 dage siden
    Aunque las luciérnagas tenían una vida efímera, me parecían más perdurables que yo porque estaban destinadas a reaparecer en el mismo lugar al año siguiente –a pesar de que no serían las mismas–, cuando nosotros ya no estuviéramos. Éramos seres que sólo disponían de un año de vida en ese mundo, el mundo de la Villa. Los árboles, los insectos, las piedras, todo permanecería salvo nosotros, que estábamos de paso en aquel mundo-Villa.
  • Javier Robleshar citeretfor 9 dage siden
    En la Villa, me parecía sentir la evolución del tiempo casi día tras día no mediante cifras o cambios de hora y de fecha, sino merced al contacto del aire sobre la piel, al color de las hojas, a las luciérnagas que aparecieron hacia el final de la primavera y desaparecieron apenas dos semanas después, al tacto de los troncos de los árboles
  • Javier Robleshar citeretfor 9 dage siden
    Ninguna despedida, ninguna separación, tiene lugar en un único instante. Aunque el momento de la partida dure apenas un segundo, permanecen aún las olas, la luz que ha dejado el tiempo compartido
  • Javier Robleshar citeretfor 9 dage siden
    No sólo las personas pueden acompañarnos: en ocasiones, un lugar también lo hace. Cuando cogemos el tren, el barco o el coche, y vemos alejarse el paisaje del lugar que dejamos atrás, ¿no sentimos a veces que esas montañas, ese puerto, nos acompañan todavía un rato
  • Javier Robleshar citeretfor 9 dage siden
    La mirada prolonga el vínculo entre dos personas, incluso después de la despedida
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