El arte de tener siempre razón

aun cuando el argumento del adversario parece exacto y concluyente, no hay que dejar de atacarlo,

Apagogé: admitimos la verdad de la proposición del adversario; después demostramos lo que se deduce de ésta, cuando, combinándola con cualquier otra proposición aceptada como verdadera, la utilizamos como premisa de una conclusión cuya falsedad es notoria,

podía existir otra que fuera verdadera y que apoyara nuestra tesis;

Omne lumen potest extingui

Intellectus est lumen

Intellectus potest extingui

[Toda luz puede extinguirse; ahora bien, la inteligencia es una luz; por lo tanto, la inteligencia puede extinguirse.]

Nota. Se llaman “sinónimos” dos palabras que designa la misma cosa; “homónimos”, dos conceptos designados por la misma palabra (véase Aristóteles, Tópicos, i, cap. 13). “Profundo”, “agudo”, “elevado”, empleados tanto para hablar del cuerpo como de los sonidos son homónimos. “Honesto” y “honrado” son sinónimos.

veritas est in puteo (en buthoî he alétheia, “la verdad está en el fondo del pozo”, según Demócrito).

veritas est in puteo (en buthoî he alétheia, “la verdad está en el fondo del pozo”, según Demócrito).

pro ara et focis [por su altar y su hogar]

per fas et nefas [ya sea que se tenga razón o se esté equivocado]

Maquiavelo ordena al príncipe que aproveche cada momento de debilidad de su vecino para atacarlo: si no es así, el otro puede sacar ventaja de la debilidad del príncipe cuando se presente la ocasión.