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Bøger
Juan Cárdenas

La ligereza

  • Astrid López Méndezhar citereti forgårs
    El viaje errático –dice Glissant– consiste en lo contrario: en la capacidad de mantenerse en vivo suspenso, lejos de certezas fundadoras y sistemáticas; es la pulsión de los héroes épicos hacia exteriores que reforzarán la raíz o compensarán su ausencia. Pero ¿cómo? Afirmando o sugiriendo que la raíz y la ausencia son el mismo sostén, que el arraigamiento no debería ser excluyente ni permitir la proyección directa, el impulso de conquista. Precaución (el viaje errático como vértigo del arraigamiento) que los grandes libros fundadores establecían, y que sus adeptos enseguida olvidaron, reteniendo tan sólo la parte excluyente que esos libros manifestaban.
  • Astrid López Méndezhar citereti forgårs
    es posible transformar esa errancia en una alternativa al sistema de dominio territorial
  • Astrid López Méndezhar citereti forgårs
    otra figura de nuestro trauma: la imposibilidad de fundar, la fundación imposible, el imposible de la fundación, que a su vez da lugar al viaje errático.
  • Astrid López Méndezhar citereti forgårs
    la virtuosísima Temporada de huracanes, de Fernanda Melchor
  • Astrid López Méndezhar citereti forgårs
    A vos y sólo a vos, Bárbara, que nos enseñaste a hablar, que nos enseñaste a estar en el mundo, a meter el cuerpo entre otros cuerpos, te lo debemos todo.
  • Astrid López Méndezhar citereti forgårs
    Mamá Bárbara. La que hizo posible que sobreviviera la abuela Clemencia y toda su estirpe de mujeres solteras, modernas y liberales que supieron hacer su vida de proletarias ilustradas sin falsos prestigios, sin apellidos, sin peones, sin tierras. Gracias a Bárbara existieron la hija de Clemencia, llamada también Bárbara, y finalmente mi abuela Paulina.
  • Astrid López Méndezhar citereti forgårs
    «Origin is your original sin», ha escrito el poeta A. R. Ammons, «el origen es tu pecado original», unos versos que parecen dedicados a la abuela Clemencia y también a mi abuela Paulina, que se toma el trabajo de poner aquel relato por escrito en su cuaderno para conjurar ese pecado, para romper con algo que se sentía como una maldición familiar –el bastardaje, los hijos naturales, sin acceso a las herencias, sin derechos territoriales, sin educación, cosas que se repitieron con precisión mecánica en las siguientes generaciones–, y en últimas, pienso ahora, para darme a elegir mi linaje, nuestro doble linaje, una línea discontinua y orgullosamente quebrada, a ratos fantasmal.
  • Astrid López Méndezhar citereti forgårs
    A mi abuelita no le gustaba contar ni recordar, pues lloraba cada vez que se acordaba. Ella quedó, a los cinco años, al cuidado de la negra, la cual tenía un hijo negro como ella. Los demás hijos eran más o menos blancos, pues el marido de nombre Rubén era blanco. O mejor dicho, color indio.
  • Astrid López Méndezhar citereti forgårs
    Me llamó la atención, primero, que el texto se iniciara con la fórmula de una carta, marcando la identidad del destinatario. Pero también que su relato dejara claro desde un principio que nosotros, nuestra familia, no tenía ancestros. En algún punto se había interrumpido el vínculo o, mejor, nos habían arrancado de cuajo como se talan las ramas enfermas de un árbol.
  • Astrid López Méndezhar citereti forgårs
    Juan, cuando tenía 12 años le pregunté a mi abuelita por qué nosotros no tenemos ancestros o familia como todos los demás y me contestó que porque ella descendía de una rama que la habían arrancado de un árbol muy frondoso y que creían que en invierno estaba contaminada y la cortaron y la arroja
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