No sé por qué los humanos nos subestiman, a ti como serpiente y a mí como fantasma, quizá porque no tienen el don de observar, de escuchar, asumen que tú eres dócil, domesticable, sin saber que esperas la mejor oportunidad para hacer constricción su existencia. Y yo no soy efímera, sino un eco distorsionado de lo que fui.