Este libro tiene una sola regla: valerse de las palabras que comiencen con una específica letra del abecedario —excepto por artículos y por preposiciones— para crear minificciones bellamente acompañadas por e ilustraciones hechas por Lorenzo Amengual. Luisa Valenzuela muestra con singular capacidad creativa un provechoso bestiario a manera de glosario en el que la meditación y el despertar tienen la misma calidad disparadora de dislates coherentes.