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Noemí Trujillo

El vientre vacío

La capacidad de predecir cómo serán nuestras propias vidas no existe porque la precariedad ha dinamitado la posibilidad de visualizar nuestro futuro.
Las dinámicas se han configurado para que todo dure poco: compra lo que vas a cenar hoy, ya veremos qué comes mañana; quizá en un mes no tengas trabajo; en un año acaba el alquiler de tu piso.
La incertidumbre que ha generado la crisis ha hecho tambalear no solo nuestras expectativas, sino también nuestras certezas más primitivas, aquellas que pensé que siempre se mantendrían incluso cuando no tuviese nada material a lo que aferrarme: un hijo, por ejemplo.
Un panorama en el solo se permite el pensamiento cortoplacista, la pura supervivencia. Un escenario donde plantearse tener hijos da pánico. Pero no tenerlos, cuando lo deseas tanto, también
150 trykte sider
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Oprindeligt udgivet
2019
Udgivelsesår
2019
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Vurderinger

  • La Koreanitahar delt en vurderingfor 3 år siden
    👍Værd at læse
    🔮Overraskende
    💡Lærerig

Citater

  • Armando El Guatequehar citeretfor 3 år siden
    Sandra, que tiene 34 años, me escribió hace unas semanas para desahogarse: «El otro día me llamó una amiga que tiene mi edad y que ha sido siempre la típica que lloraba conmigo en plan: “Dios mío, no vamos a ser madres nunca”. Y el otro día me llama y me dice que está embarazada. Y yo me quedé en shock. Me alegré mucho por ella, claro, pero por primera vez en mi vida me pasó que, junto a la emoción y la alegría, me vino otra emoción de rabia, de enfado, de envidia, de frustración. Y encima me sentía mal, me sentía culpable, por experimentar todas esas emociones que no podía controlar junto a las buenas. Me lo contó a las doce y pico de la noche, y luego me metí en la cama y me puse a llorar. Pensaba: “Eres una puta cría, una egoísta. Tienes que ser capaz de alegrarte por la felicidad ajena aunque tú tengas un anhelo que no se está cumpliendo”. Al día siguiente me levanté y se lo conté a una amiga. Me dijo: “Gracias por contármelo porque el otro día me pasó lo mismo pero peor”. Y le dije: “¿Cómo que peor?”. Y ella me respondió: “Pues una amiga mía de mi edad me dijo que llevaba un año y pico intentándolo y que no se queda, y que está muy preocupada. Y yo, en lugar de preocuparme por ella y empatizar con su problema, pensé en mí. Decía: ‘Hostia, pues cuando me ponga yo, seguro que tampoco me quedo’. Me sentí fatal. Primero porque mi amiga ya lo está intentando y yo no, y segundo porque mi amiga no puede y seguramente cuando yo me ponga, como ya seré mayor, tampoco”». Clara, por su parte, me confesó también durante la entrevista: «Una amiga que se ha casado nos dijo que su pareja y ella iban a ponerse con el primer embarazo ya. A mí se me caían los lagrimones. Me sentía mal porque por un lado quería alegrarme por ella, pero no podía. Lo único que me preguntaba era: “Por qué ella sí y yo no”»
  • La Koreanitahar citeretfor 3 år siden
    Las posibilidades que existen entre dos personas, o entre un grupo de personas, constituyen algo así como una alquimia».
  • La Koreanitahar citeretfor 3 år siden
    Me hace falta coraje. Pero la valentía solo se ha de inventar cuando tienes miedo. Me gustaría no tener miedo ni valor.

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