entre los jóvenes mexicas había a quienes les gustaba la historia y otros que eran inquietos. Los primeros se convertían en tlacuilos, o sea, aprendían a escribir, pero no con el alfabeto, A, B, C, D, etc., sino que pintaban con dibujos la historia de los mexicas, los calendarios y los asuntos administrativos. Ixtlil se refirió a ellos así: “Son camino, guía veraz para otros”.