Si te acostumbras a esta visión de la vida, regularás tus expectativas en consecuencia, y dejarás de considerar todos sus incidentes desagradables, grandes y pequeños, sus sufrimientos, sus preocupaciones, su miseria, como algo inusual o irregular; es más, encontrarás que todo es como debe ser, en un mundo en el que cada uno de nosotros paga la pena de la existencia a su manera peculiar