He aquí un muestrario de pequeñas miserias, de posesiones demoníacas, trapos sucios, polvos blancos y pequeños crímenes cotidianos que cursan sin castigo. El amor es a la vez pócima y veneno, cielo e infierno. Resaca eterna, o flor salvaje de un día. Quizá estemos a tiempo de arrancar las malas hierbas. De que el dolor nos sea útil y la pena leve. De encontrar el pañuelo con el que limpiarnos los restos de sangre y beber, como si fuera un cáliz, el bálsamo más reconfortante de todos.