pintor defendía los valores sensuales del mundo material, exaltaba al hombre, otorgándole dimensiones cosmogónicas, celebraba el heroísmo patético y la poderosa tensión de las fuerzas físicas y morales del ser humano, cantaba el impulso engendrado por una lucha social que había alcanzado su paroxismo. Todo ello impulsaba al combate y servía a la vez como estandarte e ideal.