Sumario de plantas oficiosas

Quizás toda flora, aun la que vive en nuestra cabeza, merece nuestro cuidado.

Ignoro por qué no he visto el árbol, un alcanforero —Cinnamomun camphora— ni por qué la noticia de su arribo ha pasado desapercibida.

El ensayo es libro monstruoso, y en ese sentido contiene la anécdota, la crítica, el diario, la nota y todos los géneros marginales.

plantas no solo serán la avanzada en la colonización de otros mundos, sino que son la vanguardia de las formas. Suya es la estética, con todo y que el doctor Hegel hubiera pensado lo contrario. ¿Quién inventó el color y el avance sobre la tierra? ¿Quién supo moverse primero y crear la interrelación por la sexualidad?

Porque, y esto debemos comprenderlo, quienes mantienen abierta la posibilidad de la forma no somos los humanos con nuestra imaginación, ni siquiera las inteligencias artificiales, sino las plantas, los hongos, los minerales.

Como dijo Ursula K. Le Guin, esto ocurre porque de pequeños nos enseñaron que “la verdad nace de la imaginación” y eso es lo que nos permite vivir en comunidad. Imaginar plantas y árboles nos ayudará a preservarlos. Con el Voynich, parece tratarse de una aproximación somera entre dos mundos, lo que une en las tropas de la ficción a quien quiso ocultar una verdad secreta con una humilde costurera que debía cuidar a su nieto mientras trabajaba en sus bordados.

Una planta vive doblemente en un relato, el lugar donde podemos superar las limitaciones de lo humano.

jardinería es una suerte de lujo desprestigiado entre los campesinos, el ámbito en el que las mujeres han podido dar destino estético a sus tareas de cuidado.

En algún momento, le proponen vender la planta, pero la mujer se rehúsa. Es todo lo que tiene, lo que le ha devuelto una segunda oportunidad. Más que poseer la planta, la planta la posee a ella, es la jardinera que cultiva con cariño a la mujer.

“La mata”, un cuento de Tomás Carrasquilla de 1915