La víspera de su cumpleaños, Maxon se da cuenta de que la Selección, que le parecía tan estimulante, es ahora muy intimidante. Cuando se confiesa con su amiga de toda la vida Daphne, la princesa francesa, queda sorprendido por su respuesta: ella lleva mucho tiempo enamorada de él y lo que de verdad le gustaría es poder optar a ganarse el corazón del príncipe, algo que el proceso de la Selección hace imposible.
La agria discusión con Daphne y las acusaciones que esta le hace provocan que Maxon se plantee algunas cuestiones:
¿Será verdad que tenía el amor al alcance de la mano y no se dio cuenta? ¿Y si no tiene la capacidad de sentir una emoción tan profunda?
Sin embargo, la noche antes de que la competición empiece de verdad conocerá a America Singer. Le pilla desprevenido la antipatía que la chica parece sentir por él y se toma a broma lo brutalmente sincera que es, pero eso no hace más que aumentar su curiosidad por ella.
En El príncipe, accedemos al corazón de Maxon, vemos su humildad, sus miedos y su humor y habilidad para no tomarse en serio a sí mismo al mismo tiempo que empezamos a entender las razones que hacen que se enamore de America.