Una de las principales razones para tener un partido comunista, explica Lukács, es para centrar y organizar el trabajo de autoconocimiento, para transformarlo en un proyecto colectivo. Igualmente importante es la creación de una cultura radical vibrante, dinámica, autocrítica y renovadora. Sin cultura y conciencia, los trabajadores no serán capaces de crecer. Si no crecen, la máquina reificadora seguirá funcionando y sus víctimas ni siquiera sabrán qué les ataca o por qué se sienten por dentro como seres vacíos.