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Amia Srinivasan

El derecho al sexo

  • pez-koihar citeretfor 2 år siden
    MacKinnon responde: «La sociedad masculina dominante lleva toda la vida definiendo a las mujeres como un grupo biológico diferenciado. Si eso condujese a la liberación, ya seríamos libres.»
  • pez-koihar citeretfor 2 år siden
    «Primero dices “Soy asiática, soy fuerte, soy coreana”, y al momento, “A la mierda los coreanos, yo quiero un chico blanco”.»
  • pez-koihar citeretfor 2 år siden
    El cuerpo follable, como el cuerpo violable, es, en este aspecto, irreductiblemente, una construcción.
  • pez-koihar citeretfor 2 år siden
    Pero decir que un problema es estructural no nos absuelve de plantearnos, como individuos, nuestra implicación en él o lo que deberíamos hacer al respecto.
  • pez-koihar citeretfor 2 år siden
    23. ¿No hay ninguna diferencia entre «decirle a la gente que cambie sus deseos» y preguntarnos a nosotros mismos qué deseamos, por qué lo deseamos y qué es lo que queremos desear? Esta transformación de los deseos, ¿ha de ser por fuerza un proyecto disciplinario (en el que alteremos deliberadamente nuestros deseos conforme a nuestra posición política), o puede ser un proyecto emancipador (que libere nuestros deseos de la política)?
  • pez-koihar citeretfor 2 år siden
    Recuerda la primera vez que traicionaste a tu mejor amiga a cambio de atención masculina, les pide a las mujeres hetero. ¿Fue natural? ¿Inevitable? ¿O algo que te exigió la infraestructura de dominación masculina, que teme la ausencia de deseo femenino más que a nada en el mundo, y con ella, el fin del pretendido acceso de los hombres a los cuerpos, el trabajo, las mentes y los corazones de las mujeres?
  • pez-koihar citeretfor 2 år siden
    El racismo y la heteronormatividad se infiltran, en efecto, en la esfera del romanticismo y el sexo; es de hecho en esa esfera íntima, protegida por la lógica de la «preferencia personal», donde hunden más profundamente sus raíces.
  • pez-koihar citeretfor 2 år siden
    Llevados por la buena voluntad política, tratamos las preferencias de los demás como algo sagrado: tenemos tremendos recelos a la hora de hablar de lo que la gente desea realmente, o de lo que desearía alguna versión idealizada de sí mismos. Ahí, lo sabemos, reside el autoritarismo.
  • pez-koihar citeretfor 2 år siden
    Un feminismo que abjura totalmente de la crítica política del deseo es un feminismo que poco podrá decir sobre la injusticia de la exclusión y la malgenerización que sufren unas mujeres que tal vez sean las que más necesitan del feminismo.
  • pez-koihar citeretfor 2 år siden
    Ese discurso, como Chu sabe bien, amenaza con respaldar los argumentos de las feministas antitrans: que las mujeres trans equiparan y confunden la feminidad con los adornos de la feminidad tradicional y refuerzan, así, el influjo del patriarcado.
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