Natalia Ginzburg

Las pequeñas virtudes

  • Eduardo Limahar citeretfor 3 år siden
    Existen dos tipos de silencio: el silencio con uno mismo y el silencio con los demás. Tanto una forma como la otra nos hacen sufrir igualmente. El silencio con uno mismo está dominado por la violenta antipatía que nos invade hacia nuestro propio ser, por el desprecio hacia nuestra alma, tan vil que no merece que se le diga nada. Está claro que es preciso romper el silencio con uno mismo si queremos tratar de romper el silencio con los demás. Está claro que no tenemos ningún derecho a odiar a nuestra propia persona, ningún derecho a callar nuestros pensamientos a nuestra alma.
  • Juana Alfonsohar citeretfor 3 år siden
    Entonces yo tenía fe en un porvenir fácil y alegre, lleno de deseos satisfechos, de experiencias y de empresas comunes. Pero aquella fue la mejor época de mi vida, y sólo ahora que ha pasado para siempre, sólo ahora, lo sé.
  • Aidee Venturahar citeretfor 3 år siden
    Es más, tal vez, para aprender después a caminar con los zapatos rotos, sea conveniente tener los pies secos y calientes cuando se es niño
  • Lili Joaquínhar citeretfor 2 år siden
    desnudar las raíces del propio silencio
  • Andrea Murielhar citeretfor 3 år siden
    Por mis dolores reales, no lloro nunca.
  • Renata Uribehar citeretfor 3 år siden
    Después de muchos años, sólo después de muchos años, cuando entre nosotros y esta persona se ha tejido una tupida red de hábitos, de recuerdos y de violentos conflictos, sabremos, por fin, que era de verdad la persona adecuada para nosotros, que no habríamos soportado a otra, que sólo a esa persona podemos pedirle todo lo que nuestro corazón necesita.
  • Jean Borgeshar citeretfor 8 timer siden
    Sólo el alba entrará en el cuarto vacío.

    Bastará la ventana para vestir todas las cosas
  • Jean Borgeshar citeretfor 8 timer siden
    Entonces yo tenía fe en un porvenir fácil y alegre, lleno de deseos satisfechos, de experiencias y de empresas comunes. Pero aquella fue la mejor época de mi vida, y sólo ahora que ha pasado para siempre, sólo ahora, lo sé.
  • Jean Borgeshar citeretfor 8 timer siden
    Cuando regresamos a la ciudad o cuando pensamos en ella, sus versos resuenan en nuestro oído, y ya no sabemos si son versos bonitos, hasta tal punto forman parte de nosotros, de tal manera reflejan para nosotros la imagen de nuestra juventud, de los días lejanísimos en que por primera vez los escuchamos de viva voz de nuestro amigo: y descubrimos, con profundo estupor, que hasta de nuestra ciudad gris, pesada y nada poética, se podía hacer poesía.
  • Jean Borgeshar citeretfor 8 timer siden
    Si estábamos lejos de él, no nos escribía, ni contestaba a nuestras cartas, o lo hacía con unas pocas frases tajantes y frías, porque, decía, era incapaz de querer a los amigos cuando estaban lejos, no quería sufrir por su ausencia, y enseguida los eliminaba de su pensamiento.
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