Olga Tokarczuk

Los Libros de Jacob

  • Emanuel Bravo Gutiérrezhar citeretsidste år
    on y crecieron. No eran, empero, cuernos corrientes, como los que tiene el ganado. Los suyos eran blandos, se trenzaban y se enrollaban. El sabio macho cabrío los ocultaba. De día los llevaba tan enrollados que parecían unos cuernos de lo más corrientes. Pero por la noche salía, mirad, allí, al ancho escalón del castillo, al atrio hundido, y desde allí alcanzaba el cielo con los cuernos. Los desplegaba hacia lo alto, lo más alto posible, se erguía sobre las patas traseras para alcanzar aún más altura, hasta tocar con las puntas de los cuernos la Luna creciente, astada como él, y le preguntaba: «¿Qué hay de nuevo, Luna? ¿Aún no ha llegado la hora de la venida del Mesías?»
  • Emanuel Bravo Gutiérrezhar citeretsidste år
    Cuando nació, alrededor de la casa deambulaban brujas, pero no podían penetrar en el interior porque Yenta la vigilaba. Compartía la vigilancia con una perra cuyo padre había sido un auténtico lobo, uno de los que vagaban solitarios de gallinero en gallinero en busca de presa. Aquella perra se llamaba Wilga. Mientras nacía el más pequeño de los hijos del hijo menor de Yenta, Wilga daba vueltas alrededor de la casa día y noche, desfallecida de agotamiento. Gracias a sus carreras, las brujas, con la mismísima Lilit a la cabeza, no lograron acercarse.
  • Emanuel Bravo Gutiérrezhar citeretsidste år
    A veces Dios se cansa de su propia luminosidad y del silencio, la infinitud lo marea. Entonces –como si se tratara de una enorme ostra omnisensible cuyo cuerpo, tan desnudo y delicado, percibe la más mínima vibración de las partículas de luz– se contrae dejando un poco de espacio donde enseguida, y de la perfecta nada, surge el mundo. En un primer momento recuerda al moho, es delicado y blanco, pero crece deprisa, las fibras se juntan creando una textura sólida. Finalmente se endurece y empieza a teñirse de colores. Lo acompaña un sonido suave, apenas audible, una sombría vibración que hace temblar de inquietud a los átomos. Precisamente de este movimiento surgen las partículas, seguidas por granos de arena y gotas de agua que dividen el mundo en dos.
  • Emanuel Bravo Gutiérrezhar citeretsidste år
    Los hombres que escriben libros y pensamientos no quieren tener historia propia. Porque ¿para qué? En comparación con lo que está escrito, siempre resultará aburrida e insulsa.
  • Emanuel Bravo Gutiérrezhar citeretsidste år
    Pero ¿será eso posible? Quizá la gente pueda entenderse a pesar de no conocer sus lenguas ni costumbres, sin conocerse mutuamente, ni sus cosas ni objetos, ni las sonrisas, ni el significado de los gestos hechos por las manos, nada. ¿Y si pudieran entenderse con la ayuda de los libros? ¿No será ese el único camino posible? Si los seres humanos leyeran los mismos libros, vivirían en el mismo mundo,
  • Erika Villanuevahar citeretsidste år
    A veces, cuando hay humedad, se le hinchan las articulaciones de los dedos; está delicado, debería cuidarse.
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