Manual de grafología

Escritura monótona: es un tipo de escritura que mantiene su forma de manera repetitiva. Da la sensación de que es mecánica, como hecha en molde. Le falta variación y viveza

Escritura serpentina: en ella las líneas son unas veces horizontales y rectas y en otras suben y bajan. Las letras suelen estar bastante bien alineadas una respecto a la otra. La sinuosidad indica un espíritu versátil y, si es muy acentuada, ambiguo.

Escritura creciente: se caracteriza por un aumento progresivo del tamaño de las letras al final de la palabra o la línea. A menudo, la persona que escribe de esta manera suele ser muy impresionable. El aumento progresivo de las letras indica que su emotividad crece a medida que va manchando el papel, e incluso en algunos casos puede llegar a exaltarse. Si además los rasgos son rápidos y desiguales, este carácter impulsivo y voluble será mucho más acentuado

Escritura extensa: en ella predomina visualmente el blanco del papel sobre el negro de la escritura. Es típica de personas que se sienten fuertes e importantes y desean comunicar esa sensación

He aquí las preguntas referentes a las cualidades de orden general que exigen una respuesta exhaustiva:

— ¿es simpática o antipática la persona cuya escritura se analiza?;

— ¿es activa o inactiva?;

— ¿es sencilla y espontánea o tal vez es pretenciosa y altiva?;

— ¿es moderada o exagerada?;

— ¿es distinguida o grosera?

Una vez se hayan respondido estas cuestiones, habrá que establecer el tipo de intelecto que posee. Las cualidades más significativas son las siguientes:

— ¿tiene una mente cultivada?;

— ¿es atenta o atolondrada?;

— ¿su mente es clara o confusa?;

— ¿es razonable o testaruda?;

— ¿cuál es la naturaleza de su imaginación?;

— ¿cuál es su grado de inteligencia?

Por lo que respecta a sus cualidades morales, han de tenerse en cuenta las siguientes características:

— ¿es sincera o mentirosa?;

— ¿es espontánea o calculadora?;

— ¿es leal o no?;

— ¿es generosa o egoísta?

Y en cuanto a la voluntad, tendrían que aclararse las siguientes cuestiones:

— ¿es constante o inconstante?;

— ¿es enérgica o no?;

— ¿cuál es su grado de voluntad?

Por último, cabría hacerse dos preguntas importantes:

— ¿esta persona tiene el propósito de mejorar?;

— ¿es sensible al arte?

Como puede verse, la interpretación de las cualidades intelectuales, morales y estéticas es fundamental, ya que son las que definen de la manera más fiable el carácter real de la persona.

En conclusión, puede afirmarse que lo más importante para obtener una fiel descripción de la persona que se somete al estudio, es descubrir los signos dominantes y relacionar sus significados con las características propias del tipo de temperamento al que responde.

Con todo, es preciso seguir un criterio fijo a la hora de clasificar la información e interpretarla. Por lo general, todo análisis debe tener en cuenta estos cinco apartados:

— personalidad;

— intelecto;

— sociabilidad;

— afectividad;

— perfil profesional

Las barras cortas y casi inexistentes, en cambio, indican una notable falta de voluntad e indican que la persona no hace el menor esfuerzo para conseguir nada.

Si en una escritura se apreciase que las barras han sido trazadas en algunas ocasiones y en otras no, habría que interpretar este hecho como un signo de inconstancia y de poco detallismo, como en el caso de los puntos de las íes

Las barras de las tes en forma de línea doble o de triángulo indican que la persona posee una gran voluntad y se considera capaz de conseguir todos los objetivos y proyectos que se ha propuesto. Sin duda, un escrito con un rasgo como este dice mucho sobre la persona que lo ha redactado

Por el contrario, si las barras de las tes son muy bajas y cortas, quien haya redactado el escrito no se estimará demasiado. De carácter pusilánime y sin ningún tipo de iniciativa, tenderá a adoptar actitudes serviles y acatará las órdenes de cualquier persona que le domine