Diáspora

Así piso la tierra yo, la tierra es mía, aun aquí, en donde los gringos se creen dueños de todo, yo con mi pie gano territorio.

Lo mismo ocurre con el español de Estados Unidos: en las calles se distingue claramente el acento mexicano del dominicano, el cubano del argentino, el guatemalteco del chileno. Pero los medios masivos producen la ilusión de un español neutro, que quiere abarcar todo. La presencia y alcance de estos medios constituyen la mayor apuesta que el español hace por ser permanente y no pasajero, y al mismo tiempo constituye su mayor reto. Se abre un nuevo punto de vista.

inglés estadounidense es solo estándar cuando se le produce mediáticamente, en cine, radio, televisión o programas noticiosos. En las calles hay acentos claramente marcados: Nueva York, Boston, Chicago, Atlanta, Miami –cada metrópoli tiene su acento–.

La identidad es una búsqueda siempre abierta.
CLAUDIO MAGRIS, Danubio

pero si salía adelante –me gusta esa expresión, salir adelante, no se sale de lado ni para atrás–

A mí mi cuerpo me gusta para usarlo, para caminar, correr y explorar, para tocar otros cuerpos; no me gusta tanto para enseñar al otro. No, eso no. Yo no atraigo con mi cuerpo; atraigo yo con mi yo, con mi sonrisa pícara, con mi sentido del humor, con la manera en que hago que el otro se sienta a gusto. Con eso atraigo.

pues ¿a qué naciste si así vas a vivir? ¿Qué tanto ves antes de meterte? A correr, a correr. A sentir que tu cuerpo se mueve, que tus pulmones se llenan de aire, que la sangre galopea por tus sienes. ¿Qué tanto haces allá en la terraza, sin salir adonde están los demás?

Era la certeza de que, si mi padre no llegaba a tener una muerte digna, entonces yo estaba condenada a vivir una vida miserable. No sé si esto tiene algún sentido.

achachairú, que suena a nombre de monstruo pero se trata, en realidad, de la fruta más deliciosa del mundo:

no pueden reconocer a un ángel cuando les sopla en la cara