–Nunca dije que no sintiera lo mismo –dijo bruscamente–. Que ya no vea el reino no quiere decir que no siga existiendo –dijo furioso–. Mientras uno de los dos lo recuerde, aún existe. Nosotros decidimos cuándo terminar el juego, no ellos. Nadie más. Eres tan estúpido, August. Eres muy estúpido y te quiero demasiado.