La prisión transparente

el cuerpo se manifiesta azul en cercanía de la flor.

erguido ante la Misericordia, exhalaría un solo aullido mortal

abrir, ofrecer mi boca al poderoso astro de la ebriedad

Pasión mía, tú sabes que, purpúreas y maduras,

las granadas estallan en un rumor de abejas

y que nuestra sangre, prendada de quien va a hacerla suya,

se entrega al eterno enjambre del deseo.

mi corazón, aunque sin pruebas, da fe

de la misteriosa dentellada de una boca augusta

vi temblar la quietud de una animal blancura

no podremos vivir para siempre en la tierra.

También tú habrás de abandonarla, hijo mío

Toma ya tu abanico y reúne tus flores para incorporarte a la danza

Yo soy el que canta sobre el temblor del agua.

Vayas a donde vayas atraviesas una vida anterior.