El funcionario poeta

En imitación de los dioses, el hombre, que se siente partícipe de un poder genésico, quiere cosmizar su caos, crear su mundo. Para ello tendrá que simbolizar su victoria frente a lo amorfo, la serpiente, el monstruo o cualquier otra representación diabólica. A

ser rescatado de las covachuelas donde nos escindimos entre la dicha y la tiniebla.

La misión de este libro

Todo verdadero funcionario, como su modelo chino, es imperialista y centralista en cuanto aspira a una vinculación directa con el cielo.

La identidad del hombre es como la de una nube sobre la montaña, erigida sobre el polvo, desaparece sin morir como una primavera que siempre retorna.

Borracho de luna cae presa del vino
Amante de flores no sirve a señor.

¿Es posible renunciar a las redes del mundo polvoriento
sacudirse las ropas, rechazar el fragor del siglo y despreocupado, apoyado en un bastón volver a la fuente de los melocotoneros en flor?

No, no es posible realizar el sueño provisionalmente consumado porque, tarde o temprano, habrá que volver a ser presa de las redes del mundo, a las preocupaciones de palacio.

«Más allá de los contrarios/ veo identidad»,

«Detrás de esta puerta vivo/ pero no sé/ si puedo llamarlo vida»