“Heme aquí, hijas mías, venid a mi lado y bajo mi protección que yo os prometo no volver a pensar en mataros, a menos que me encuentre otro hombre que me haga imposible la vida; venid a mí y tomad mi ejemplo, y cuando sintáis que vuestra vida es insoportable por la maldad de un hombre, matadlo sin piedad, olvidando vuestra fe cristiana, vuestra ternura de mujeres, vuestra abnegación femenina