Lisa Kleypas

Tuya a medianoche

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Cuando una inesperada herencia eleva a su familia al estatus de la nobleza, Amelia Hathaway descubre que atender a sus hermanas menores y a su caprichoso hermano es pan comido comparado con navegar por las complejidades de la Sociedad. Tarea más exigente aun es la atracción que siente por el alto, moreno y peligrosamente apuesto Cam Rohan.Más rico de lo que ningún hombre puede soñar, Cam está harto de las mezquinas restricciones de la sociedad y lo que ansía es regresar a sus «incivilizadas» raíces gitanas. Cuando la deliciosa Amelia apela a él en busca de ayuda, su única intención es ofrecerle nada más que su amistad… Sin embargo las intenciones no son rival para el deseo que les ciega a ambos.Sin embargo, ¿puede un hombre que desprecia la tradición ser tentado para comprometerse en el más sagrado vínculo de todos los tiempos: el matrimonio?
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Vurderinger

  • b9183049347har delt en vurderingfor 2 måneder siden
    👍Værd at læse
    💞Superromantisk
    🌴God til stranden

  • French😃har delt en vurderingfor 3 år siden
    👍Værd at læse
    💀Uhyggelig
    💞Superromantisk
    🚀Opslugende

Citater

  • Elena Herperhar citeretfor 2 år siden
    —Créeme, las compensaciones bien valen la pena.

    —¿Y tu libertad? —preguntó Amelia, acurrucándose a su lado cuando se tumbó junto a ella—. ¿No te arrepientes de perderla?

    —No, cariño. —Cam se estiró para apagar la lámpara, envolviéndolos en una aterciopelada oscuridad—. Al fin soy libre. Aquí, contigo
  • Elena Herperhar citeretfor 2 år siden
    —Vuelve a la cama —susurró—, necesito que me calientes.

    Cam se quitó la camisa y se rió entre dientes cuando sintió que le abría de un tirón los botones del pantalón.

    —¿Qué ha sucedido con mi gadji mojigata?

    —Me temo… —le bajó el pantalón y acarició con interés su miembro excitado—, que el trato contigo me ha convertido en una auténtica desvergonzada.

    —Bueno, era de esperar. —Bajó los párpados y su voz sonó ligeramente jadeante ante las continuas caricias de Amelia—. Amelia, si tenemos hijos, ¿no te importará que tengan sangre romaní?

    —No si a ti no te importa que tengan sangre Hathaway.

    Él soltó una carcajada y terminó de desvestirse.

    —Y pensar que creía que una vida nómada sería un auténtico reto. ¿Sabes que cualquier otro hombre se sentiría aterrorizado ante el desafío de intentar lidiar con tu familia?

    —Tienes razón. No puedo entender por qué estás tan dispuesto a ingresar en ella.
  • Elena Herperhar citeretfor 2 år siden
    Cam, entretanto, había comenzado a extraer objetos de la caja para dejárselos en el regazo: un rubí suelto de por lo menos tres centímetros de diámetro, un par de pulseras de diamantes, unos collares con enormes perlas negras, un broche con un zafiro ovalado del tamaño de un soberano, un colgante con un diamante en forma de lágrima incrustado y un variado surtido de anillos adornados con piedras preciosas.

    —Creo —dijo Amelia, señalando el brillante montón— que esto será suficiente para poder reconstruir Ramsay House dos veces.

    —No del todo —dijo Cam, observando el lote con una mirada especulativa—, pero casi.

    Ella frunció el ceño mientras revisaba las joyas de incalculable valor.

    —¿Cam…? —preguntó ella, tras una dilatada pausa.

    —¿Hum? —Cam parecía haber perdido interés en el tesoro, y estaba absorto acariciando un mechón suelto del pelo de Amelia.

    —Creo que será mejor que por el momento no le digamos nada de esto a Leo, hasta que él… sea un poco más cabal. Si no, me temo que hará algo irresponsable.

    —Yo diría que es una opción sensata. —Recogió las joyas para volver a meterlas en la caja y cerrarla—. Sí, esperaremos hasta que sea el momento adecuado.

    —¿Crees —preguntó Amelia con cierta vacilación— que Leo cambiará ahora de actitud? ¿Que va a mejorar?

    Al oír el tono de preocupación de Amelia, Cam la cogió entre sus brazos y la acurrucó contra él.

    —Como dicen los romaníes: «No hay vardo que lleve siempre las mismas ruedas.»

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