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Élisabeth Roudinesco

Nuestro lado oscuro

¿Dónde empieza la perversión y quiénes son los perversos? Desde la aparición del término en la Edad Media, se considera como tal a aquel que goza con el mal y con la destrucción de sí mismo o de otro. No obstante, cada época la juzga y la trata a su manera. La historia de los perversos en Occidente se narra aquí a través de sus grandes figuras emblemáticas, desde la época medieval (Gilles de Rais, los místicos, los flagelantes) hasta nuestros días (el nazismo en el siglo XX, los tipos complementarios del pedófilo y el terrorista en la actualidad), pasando por el siglo XVIII (Sade) y el XIX (el niño masturbador, el homosexual, la mujer histérica). Nuestra época, que cada vez cree menos en el hecho de que cada uno de nosotros encierra su lado oscuro, finge suponer que la ciencia pronto nos permitirá acabar con la perversión. Sin embargo, ¿quién no ve que al pretender erradicarla corremos el riesgo de destruir la idea de una posible distinción entre el bien y el mal, que se halla en la base misma de la civilización? «Una historia extraordinaria de la transgresión, un ensayo apasionante» (Jean-Marie Durand, Les Inrockuptibles).
271 trykte sider
Oprindeligt udgivet
2008
Udgivelsesår
2008
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Vurderinger

  • shayohar delt en vurderingfor 7 år siden
    👍Værd at læse
    🔮Overraskende
    💡Lærerig
    🎯Læseværdig

Citater

  • Érika Hdezhar citeretfor 7 måneder siden
    Nacido en 1404, Gilles de Rais pertenecía por parte de padre a la ilustre casa de Laval-Montmorency, y por parte de madre a una de las familias más ricas del reino. Sin embargo, el mundo en que vivió –el de la guerra de los Cien Años– estaba entregado al pillaje. Convertidos en predadores, los herederos de la antigua caballería gustaban del asesinato y la crueldad. En el reinado de Carlos VI –monarca loco–, la rivalidad entre los Armagnac y los Bourguignon era provechosa para la potencia inglesa; cada campo tomaba alternativamente el control de París y del rey sin que jamás fuera restaurada la autoridad rea
  • Érika Hdezhar citeretfor 7 måneder siden
    Adepto de la demonología, la mística, la anormalidad, J.-K. Huysmans se apasionó por el destino del mayor criminal perverso de la época medieval: Gilles de Rais.1 Sin embargo, es a Georges Bataille a quien debemos la primera publicación de los autos del proceso de ese Barba Azul enigmático, cuyos actos prefiguraban la inversión sadiana de la Ley y parecían dar un contenido antropológico a la noción de crimen en cuanto manifestación de una inhumanidad propia del hombre: «El crimen», decía Bataille, «es algo propio de la especie humana, es incluso propio exclusivamente de esta especie, pero, sobre todo, es su aspecto secreto [...]. Gilles de Rais fue un criminal trágico: el principio de la tragedia es el crimen, y aquel criminal fue, quizá más que ningún otro, un personaje de tragedia [...]. El crimen, evidentemente, requiere la noche; sin ella, el crimen no sería el crimen, pero el horror de la noche, por muy profunda que sea, aspira al esplendor del sol.»2
  • Érika Hdezhar citeretfor 7 måneder siden
    noción de disciplina se conceptualizó como uno de los pilares del sistema de pensamiento propio de la perversión: tanto en los manuales redactados por los juristas y los psiquiatras como en las obras escritas por los perversos para popularizar su ars erotica.

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