Bryce suspiró otra vez, tecleó su clave en el aparato y abrió los mensajes.
No te arrepentirás de esto, he tenido mucho tiempo para decidir las maneras en que voy a mimarte. Y todo lo que nos vamos a divertir.
Podría haber recitado los mensajes de Connor de memoria, pero era más doloroso verlos. Dolía lo suficiente para sentirlo en todas las partes de su cuerpo, los restos oscuros de su alma. Así que siempre los veía.
Ve a divertirte. Nos veremos en unos días.
La pantalla blanca le quemaba los ojos. Mándame un mensaje cuando llegues a tu casa.
Cerró el mensaje.