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Rae Carson

La fuerza de existir

  • Sergio Castrohar citeretfor 10 timer siden
    Sólo el soltero que ama en grado superior a los niños ve más allá de sus narices y mide las consecuencias de infligir la pena de vida a un «no ser». ¿Es tan extraordinaria, alegre, feliz, lúdica, deseable y fácil la vida que les obsequiamos a los cachorros del hombre? ¿Es necesario amar tanto la entropía, el sufrimiento, el dolor, la muerte que, a pesar de todo, ofrecemos ese trágico regalo ontológico?
  • Sergio Castrohar citereti forgårs
    Escrita en la lengua de la costumbre y de la eterna cantinela, la sexualidad conyugal coloca la libido en los compartimentos apolíneos de una vida familiar reglamentada, en la que el individuo desaparece en provecho del sujeto. Dionisos muere y se instala la miseria sexual. Tanto es así que, a fuerza de determinismos sociales y propagandas ideológicas moralizadoras de todo tipo, la servidumbre se vuelve voluntaria, y –definición de la alienación– la víctima incluso acaba por encontrar su placer en la renuncia de sí misma.
  • Sergio Castrohar citeretfor 4 dage siden
    La cortesía proporciona la vía de acceso a las realizaciones morales. Como la pequeña puerta de un gran castillo, conduce directamente al otro. ¿Qué dice la cortesía? Le afirma al otro que lo hemos visto. Por lo tanto, que él es. Sostener una puerta, practicar el ritual de las fórmulas, llevar a cabo la lógica de los buenos modales, saber agradecer, acoger, dar, alentar la alegría necesaria en la comunidad mínima –dos–, en eso consiste realizar la ética, crear la moral y encarnar los valores. El saber vivir como un saber ser.
  • Sergio Castrohar citeretfor 4 dage siden
    La atención implica la tensión. El otro me requiere ante la perspectiva de una relación exitosa capaz de causar mi satisfacción, tropismo antropológico y psicológico al que estamos condenados. Su placer es constitutivo del mío. Lo mismo pasa con su displacer. Los tratados de moral catequizan al Prójimo. Ahora bien, la moral, arte del detalle, triunfa en la encarnación modesta: una palabra, un gesto, una frase, una atención, ése es el lugar de la ética, y no la prédica laica de un filósofo que hace malabarismos con el Bien en sí o la Virtud en lo absoluto.
  • Sergio Castrohar citeretfor 4 dage siden
    De hecho, el hedonismo defiende exactamente lo contrario. El placer nunca se justifica si el precio es el displacer del otro. Sólo hay una justificación del displacer del otro: cuando no se puede hacer otra cosa para evitar el dominio destructor de la negatividad del tercero. En otras palabras, cuando la guerra se vuelve inevitable. El regocijo del otro induce el mío; el disgusto del otro causa el mío.
  • Sergio Castrohar citeretfor 4 dage siden
    La suma de los placeres debe ser siempre mayor que la suma de los displaceres. El sufrimiento en la ética hedonista encarna el mal absoluto. Tanto el sufrimiento experimentado como el sufrimiento infligido, por supuesto. Por consiguiente, el bien absoluto coincide con el placer definido por la ausencia de perturbaciones, la serenidad adquirida, conquistada y mantenida, y la tranquilidad del alma y del espíritu. Ese juego conceptual puede parecer complejo, esa tensión mental da la impresión de ser radicalmente impracticable, ese cuidado constante del tercero, esa escena ética montada de forma permanente, ese teatro moral sin tregua, llevan a creer que se trata de una propuesta titánica, insostenible, y no más practicable que la moral judeocristiana de la santidad.
  • Sergio Castrohar citeretfor 4 dage siden
    Así pues, el hedonismo presupone un cálculo permanente a fin de visualizar, en una situación dada, los placeres con que contamos, pero también los displaceres posibles. Hagamos la lista de lo que puede ser divertido o molesto, placentero o desagradable, y luego juzguemos, sopesemos y calculemos antes de actuar. Epicuro expone la siguiente regla matemática: no acceder a un placer aquí y ahora si más tarde nos va a costar el displacer. Renunciar a él. Es mejor elegir un displacer inmediato si ha de conducir más adelante al surgimiento de un placer. Hay que evitar, pues, el regocijo instantáneo, dado que el goce sin conciencia es la ruina del alma...
  • Sergio Castrohar citeretfor 4 dage siden
    Teoría de la catástrofe... Todo ser evoluciona de modo precario en el dispositivo del otro; cada uno permanece en el centro del suyo; todo el mundo ocupa un lugar provisional. Sólo la tensión ética, el cuidado moral y el acto justo permiten mantenerlo en un polo de excelencia.
  • Sergio Castrohar citeretfor 4 dage siden
    Los dos movimientos son sencillos: elección y evicción. Fuerza centrífuga, fuerza centrípeta. Acercamiento hacia sí, expulsión en los bordes. Esta ética es dinámica, nunca se detiene, siempre está en movimiento, en permanente relación con el comportamiento del prójimo. Por lo tanto, el otro es garante de sus compromisos y responsable de su lugar en mi esquema ético. En la perspectiva hedonista, el deseo del placer del otro estimula el movimiento hacia sí; la estimulación del displacer del otro impulsa el movimiento contrario.
  • Sergio Castrohar citeretfor 4 dage siden
    ¿En nombre de qué, de quién, podemos asumir el deber de amar al prójimo si es abominable? ¿Qué se puede alegar para convencer a la víctima de amar a su verdugo? ¿Que es una criatura de Dios, como yo, y las vías del Señor que lo conducen a hacer el mal son inescrutables? Esto vale para los que se consagran a las pamplinas cristianas, pero ¿y para los demás, los que viven inmunes a esas fábulas? ¿Qué extraña perversión podría, pues, conducir a este mandato inaudito: amar al autor del suplicio que nos destruye?
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